El nuevo líder del grupo insurgente islamista es el mulá Haibatullah Akhundzada, un hombre de bajo perfil con quien buscan evitar la división. ¿Se sentará a negociar la paz con Kabul?
Los talibanes afganos confirman ayer martes el deceso de su exlíder mulá Akhta Mansur por el ataque desde un avión no tripulado de Estados Unidos y han procedido a nominar a su sucesor: el mulá Habatullah Akhundzada de acuerdo con comunicado de los rebeldes islamistas afganos.
«El mulá Ajtar Mansur cayó en mártir víctima de un disparo de drone estadounidense», anunciaron los insurgentes en un comunicado difundido en internet. «El mulá Haibatullah Akhundzada fue nombrado nuevo jefe del emirato islamista (como se autodenominan los talibanes) en forma unánime por la shura (consejo)», indicó el comunicado.
El diario The New York Times explica que una de sus primeras reuniones para tratar el tema sucesoral fue en la casa de Haibatullah, «una figura con credenciales religiosas profundas que había sido el diputado menos conocido del mulá Mansur».
Aparentemente, y seguún el NYT, quien tenía más chance de hacerse con el liderazgo talibán era el adjunto del fallecido líder, Sirajuddin Haqqani, pero finalmente decantaron por «una figura relativamente oscura para tener el éxito de Mansur, evitar una personalidad divisiva y mejorar la seguridad».
La eliminación del jefe de los talibanes afganos fue una buena noticia para el gobierno de Barack Obama, pero ahora está presionado para mantener más de lo previsto sus tropas en Afganistán, contradiciendo sus promesas electorales.
Este golpe sin precedente «demuestra que para los talibanes hay una sola opción: buscar una resolución pacífica del conflicto», dijo el lunes el portavoz del departamento de Estado, Mark Toner.
Considerado inicialmente como favorable a las negociaciones de paz con el gobierno afgano, el mulá Mansur, una vez convertido en jefe de los talibanes, rehusó sentarse en la mesa de diálogo político.
Los talibanes «pueden sentarse con el gobierno afgano y dar inicio a las negociaciones (…) Apoyamos un proceso llevado a cabo por los mismos afganos», añadió Toner.