Ciudad de México – México.- Habitantes de Ecatepec, una comunidad de clase trabajadora, que se ubica al norte de Ciudad de México, se movilizaron el domingo para recordar a Samantha. La pequeña, de dos años de edad, fue asesinada a golpes y abandonada por sus progenitores en ese suburbio de la capital mexicana.
El incidente, registrado en junio pasado, durante el feriado por el Día del Padre, se contabilizó como uno de los diez feminicidios que diariamente ocurren en México. Por esa razón, sirvió de motivo para que Mujeres de la Periferia para la Periferia, un colectivo que procura llamar la atención de las autoridades, organizara la protesta.
“¡Justicia para Samantha!”, gritaban algunas de las activistas poco antes de efectuar un acto simbólico, en el que colocaron una pequeña imagen de una niña, junto con el nombre de la víctima, cerca de un mosaico en el que se apreciaba a Jesús en la cruz.
La procesión también permitió rendir homenaje a una madre y a su hija adolescente. A ambas se les localizó sin vida, después de haber sido violadas. Sus cuerpos se hallaron en un campo de flores blancas y amarillas, que fue visitado por las manifestantes.
Durante su peregrinación, las mujeres pidieron a los residentes de Ecatepec estar alerta y denunciar los crímenes ocurridos en esa localidad. “Señor, señora, no sea indiferente. Se mata a las mujeres en la cara de la gente”, corearon mientras transitaban por las calles del suburbio.
En la actualidad, México es considerado uno de los países más peligrosos del planeta, en especial para las mujeres.
