Florida – EEUU. Hace un año, en el día de San Valentín, un atacante armado con un fusil de asalto AR-15 —comprado legalmente— entró a una escuela en Parkland, al sur de Florida, y mató a 17 personas. Desde entonces, el debate sobre las armas en Estados Unidos ha cambiado.
Un mes después del ataque, un grupo de sobrevivientes, se convirtieron en activistas y congregaron a cientos de miles de manifestantes en Washington, iniciando un movimiento nacional contra la venta libre de armas que, a juicio del movimiento estudiantil, es la causa del problema.
“Ocurren demasiados tiroteos masivos y todo lo que uno obtiene son pésames, pero luego no pasa nada”, dijo el martes a la AFP Ryan Servaites, un sobreviviente del tiroteo en la secundariaMarjory Stoneman Douglas.
“Es una vergüenza que nuestro gobierno no haya hecho absolutamente nada al respecto. Y estamos hartos”, prosiguió el estudiante de 16 años.
«Nuestra infancia terminó en 11 minutos”, escribieron los líderes estudiantiles David Hogg y Emma González en noviembre en el Washington Post, refiriéndose al tiempo que duró la masacre.
Hasta ahora el movimiento ha logrado la promulgación de leyes contra la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que se pronuncia a favor de las armas, se creó una “alerta roja” para que los jueces puedan confiscar armas a las personas consideradas inestables, aumentó a 21, la edad mínima para comprar armas y prohibió la compra y tenencia de bump stocks, dispositivos que permiten disparar ráfagas más rápidas.
Seguirán activos en 2019
Un grupo de sobrevivientes y familiares de las víctimas de Parkland introdujo una petición que, de reunir las firmas necesarias (766.200) en un año, enviará a referéndum la decisión de prohibir la venta de rifles de asalto en Florida.
“Nuestro objetivo es enmendar la constitución de Florida para prohibir los rifles de asalto de estilo militar como el que fue utilizado para asesinar a mis compañeros de clase”, escribió David Hogg en un email.
Entretando el atacante de Parkland, Nikolas Cruz, aguarda en una prisión en Florida el inicio de su juicio. La fiscalía pedirá la pena de muerte por los 17 cargos de homicidio y 17 de intento de homicidio.