jueves, diciembre 26, 2024

Ganar la lotería no es cuestión de suerte. Hay un truco.

Michigan – Marge y Gerald  Selbee son un anciano matrimonio que vende tabaco, alcohol y boletos de lotería en su tienda de Evart (Michigan). Además, son millonarios.

Tras observar a miles de clientes jugar a la lotería, Gerald Selbee llegó a la conclusión de que ganar no era sólo cuestión de suerte. Y en 2003, cuando arribó a su tienda un nuevo juego llamado WinFall, decidió demostrarlo.

El funcionamiento era sencillo: por un dólar, se elegían seis números del 1 al 49. Si esas cifras salían en el bombo de la lotería de Michigan, se ganaba al menos dos millones. Menos aciertos, menor premio. Pero si no había ganador del pleno, se guardaba el dinero para el próximo sorteo, hasta alcanzar cinco millones, momento en el que se repartía entre el resto de ganadores con cinco, cuatro, tres, dos o un aciertos.

Según la lotería de Michigan, había una posibilidad entre 54 de lograr tres de los seis números, ganando cinco dólares; y una entre 500 para acertar cuatro, ganando 500 dólares. Esos premios se multiplicaban por 10 en los días en los que el premio gordo se repartía entre el resto de agraciados. Es decir, por un dólar, había una posibilidad entre 54 de ganar 100 dólares. E invirtiendo 108 dólares, se podían lograr 200, siempre y cuando nadie acertara el premio gordo.

De esta manera, Gerald Selbee, que estudió Matemáticas y Negocios en la universidad, empezó a jugar a la lotería. El primer día gastó 2.400 dólares para lograr dos boletos de cuatro aciertos. Sólo logró uno. “Perdí 50 dólares”, explica.

A partir de ahí, la cosa mejoró: logró 6.300 dólares invirtiendo sólo 3.600, y 15.700 dólares invirtiendo sólo 8.000. Así que, junto a amigos y conocidos, formó una empresa y durante nueve años se dedicó a jugar a la lotería. O, mejor dicho, a ganar a la lotería.

Cuando Michigan acabó con este sorteo, Gerald Selbee y sus socios empezaron a jugar en Massachusetts (durante 55 semanas, hasta que también este estado canceló el sorteo), En total, ganaron 27 millones de dólares; una vez descontados los gastos, calcula que obtuvieron casi ocho millones limpios.

No son los únicos en derrotar al sistema.

Joan Ginther, una doctora en estadística en la Universidad de Stanford que vive en Las Vegas, ha ganado la lotería de Texas cuatro veces en 10 años, comprando miles si no millones de boletos.

La primera vez, fue casualidad: logró 5,4 millones en 1993, pagables en cuotas anuales durante 20 años. A partir de ahí, se puso a investigar y descubrió que una mujer había logrado 23 premios de entre 1.000 y 10.000 dólares entre 2009 y 2012. Ginther descubrió un método, gastó 3,3 millones en boletos, y ganó otros 20 millones. Pero nunca ha explicado cómo.

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