viernes, octubre 4, 2024

Corte Suprema destituye a diputados opositores en Nicaragua

Nicaragua.- La Corte Suprema Electoral removió a 28 legisladores (16 titulares y 12 suplentes) de partidos opositores, quienes serán sustituidos por otros afines a un político desconocido e «incondicional» del presidente Daniel Ortega.
La máxima autoridad electoral de Nicaragua destituyó a prácticamente los únicos diputados de oposición del Congreso, un movimiento que algunos interpretan como un intento por eliminar cualquier disidencia contra el presidente Daniel Ortega en su búsqueda por su tercera reelección.

El Consejo Supremo Electoral destituyó a 28 diputados opositores (16 titulares y 12 suplentes) del Partido Liberal Independiente (PLI) y su aliado el Movimiento Renovador Sandinista por no reconocer como su líder a un político al que la Corte Suprema otorgó recientemente la presidencia de ese grupo.

La resolución de la Corte Suprema, controlada por el oficialismo, entregó el mando del PLI a Pedro Reyes, un político desconocido e «incondicional» del presidente Ortega, según sus opositores.

Los diputados destituidos respondían al liderazgo del diputado Eduardo Montealegre, quien el pasado 8 de junio perdió la dirección del PLI, principal fuerza de oposición, por un cuestionado fallo judicial.
La decisión permitirá al partido del presidente Ortega afianzar su control del aparato estatal, según analistas.

Con esta disposición, «todas las formalidades y pilares de la democracia representativa fueron eliminadas, estamos frente a una dictadura», declaró a la AFP el jurista y exdiputado liberal José Pallais.

Los diputados separados de sus cargos fueron sustituidos por otros afines al nuevo líder del PLI.

«Nosotros tratamos de evitar esto. Les convocamos en varias ocasiones a reuniones, han hecho caso omiso y pedimos al Poder Electoral su destitución, porque no quieren someterse a la nueva autoridad en el PLI», dijo Reyes a la agencia AP.

Reyes, quien rechazó que sea un instrumento del mandatario, dijo que esos escaños los ocuparán ahora miembros su partido que sí lo reconocen.

El Congreso, de 91 escaños, quedó conformado ahora por 63 diputados sandinistas, dos del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha) afines al gobierno, 24 del PLI allegados a Reyes y dos independientes.

La decisión del CSE también dejó fuera del Parlamento a los dos diputados del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS-centro izquierda ), un grupo que ha ejercido fuerte oposición ante Ortega en los últimos 10 años.

Según ese movimiento, que carece de personalidad jurídica, Ortega «no pudo ni doblegar ni comprar a la oposición política representada por los diputados» destituidos, «dejando claro su proyecto de régimen de partido único, tal como lo advirtiera la Conferencia Episcopal recientemente».

«Ese modelo de partido único amenaza a todos y cada uno de los nicaragüenses que no se manifiesten alineados con la política orteguista», consideró el MRS, para el cual «los espacios institucionales se han cerrado para la oposición y para el pueblo».

El exvicecanciller y disidente sandinista Víctor Hugo Tinoco, quien vislumbra el establecimiento de «una dictadura». coincidió con esa valoración: «En Nicaragua ya se ha desmantelado la vida democrática».

La Cámara de Comercio Americana de Nicaragua consideró que la decisión de despojar de su condición de diputados a representantes electos por profundiza «la crisis política e incertidumbre que vive el país»

«Hemos sido destituidos por no bajar la cabeza ante la dictadura de Daniel Ortega», señaló en su cuenta de Twitter el legislador destituido Carlos Langrand.

Oscar René Vargas, sociólogo y analista político, dijo que Ortega ha radicalizado su accionar en contra de la oposición porque teme que en unos comicios libres y observados nacional e internacionalmente, la población lo saque del poder como ocurrió en 1990, cuando perdió las elecciones frente a la Unión Nacional Opositora que encabezó Violeta Barrios de Chamorro.

«Hay un miedo interno en el comandante Daniel Ortega, que parece es el que lo impulsa a dar pasos como estos. Parece que no confía en las encuestas que supuestamente le favorecen en la población», dijo Vargas al referirse a varios sondeos de opinión que indican que más de 60% cree que el gobernante debe seguir en el poder.

Ortega fue proclamado en junio como candidato presidencial por el Frente Sandinista de Liberación Nacional por séptima ocasión consecutiva y anunció que no permitirá observación electoral internacional, porque consideró que los organismos que la realizan son «sinvergüenzas» que hacen el juego «al imperio» para atacar o sacar del poder a los gobiernos progresistas de izquierda.

Los cambios en el parlamento se producen a casi tres meses de las elecciones generales de noviembre, en las que Ortega, líder del izquierdista Frente Sandinista, busca ganar su tercer mandato sucesivo, el cuarto desde la Revolución Sandinista (1979-90).

La oposición ha dicho que no participará en las elecciones por considerar que se trata de una «farsa electoral».

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