Nueva York – EEUU.- Hakki Akdeniz es un inmigrante turco que llegó a Estados Unidos en enero de 2001. Pese a haber arribado a la ciudad de Nueva York con 240 dólares en el bolsillo, el hombre es hoy en día el propietario de una cadena de pizzerías del Bajo Manhattan.
A pesar de ser un sujeto cargado de esperanzas y con grandes aspiraciones, el inmigrante terminó en la mendicidad. Luego de agotar todo su capital, Akdeniz tuvo que pernoctar en las estaciones de metro y, tiempo después, en un refugio para desamparados.
Pese a su precaria situación, Akdeniz no se dio por vencido. En primer lugar, consiguió trabajo en un restaurante de Nueva Jersey. Como no tenía dinero para movilizarse entre ciudades, el inmigrante optó por dormir en el banco que quedaba justo al frente del local.
Meses más tarde, comenzó a limpiar un edificio en Queens, a cambio de un pequeño lugar para dormir. Un año después se había mudado a un departamento, que logró alquilar junto con un amigo.
Sabiendo que ya contaba con un techo, Akdeniz empezó a trabajar en varias pizzerías. De esa manera, aprendió el oficio y logró reunir el dinero suficiente como para emprender e independizarse.
En los últimos días de 2009, el turco abrió su primera tienda en el Bajo Manhattan. Al principio, los posibles comensales no querían visitar su establecimiento, pues sus platos no eran auténticamente italianos.
Aquello le obligó a participar en concursos de pizza y a perfeccionar una gama de llamativos trucos, que pone en práctica durante la elaboración de cada receta. Finalmente, el éxito llegó, cuando el inmigrante ganó una competencia local.
A partir de allí, su fama se disparó y ello le permitió crear la franquicia de pizzerías con la que se gana la vida.
