Nueva York – Estados Unidos.- Con el objetivo de salvarse por la avalancha de demandas que existen en su contra ante la crisis de opioides, el grupo farmacéutico Purdue Pharma, ha decidido declararse en bancarrota y anunciar la salida de sus propietarios, la familia Sackler.
Según un comunicado difundido por la empresa, y tras un acuerdo con 23 fiscales pero que aún está sujeto a aprobación de un tribunal, “los Sackler van a transferir la totalidad de sus activos a un fondo u otra entidad establecida para beneficio de los demandantes y el pueblo estadounidense”.
Con tal decisión, el gigante farmacéutico deberá proporcionar más de 10.000 millones de dólares para abordar la crisis de los opioides, que causó 47.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos durante el 2017. El grupo, propietario del analgésico OxyContin es culpado de gran parte de la epidemia de adicción y enfrenta más de 2.000 demandas.
El portal web de Purdue Pharma detalla que si el acuerdo es aceptado, todas las demandas serán “resueltas” y Purdue se vería “liberado de manera plena y permanente” de todo litigio.
La junta directiva de la nueva compañía será seleccionada, según lo establecido, por los demandantes y aprobada por el Tribunal de Bancarrota.
“La reestructuración evitará gastar cientos de millones de dólares y años de litigios (…) Al menos 3.000 millones de dólares”, aseguró Steve Miller, actual presidente de Purdue.
El acuerdo también establece que la nueva compañía se encargará concretamente de distribuir medicamentos, gratuitamente o a bajo costo, como el nalmefeno y la naloxona, para el tratamiento de adicciones. Además la acaudalada familia Sackler debe ceder el control de Purdue.
