Londres – Inglaterra.- Muchas son las tradiciones en Reino Unido que los diferencia con el resto del mundo, específicamente en el ámbito parlamentario la tradición estipula que durante la ceremonia de clausura del periodo de sesiones, la “Vara Negra” (encargado de la seguridad en Westminster y representante de Isabel II en todo el recinto) cruce solemnemente el patio interior que separa la Cámara de los Lores de la Cámara de los Comunes. El representante debe llegar hasta el umbral donde se reúnen los diputados plebeyos y los ujieres le cierran la puerta en las narices. Esta tradición recuerda el intento de Carlos I en 1642 de detener a la fuerza a cinco representantes del pueblo.
Pero este martes todo cambió, la tradicional ceremonia de clausura del Parlamento se convirtió en un solemne acto de protesta, ante las decisiones del primer ministro, Boris Jonhson, sobre el Brexit.
Como lo establece Reino Unidos, la madrugada de este martes, Sarah Clarke, Lady Usher de la Vara Negra, vestida con zapatos negros, hebillas negras, medias negras, en uniforme completo, pero de media etiqueta, porque la reina no estaba presente, esperaba el portazo ceremonial en sus narices, pero nunca esperó el mal rato que tuvo que vivir.
En un estado de resistencia absoluta, los diputados de oposición presenciaron la decisión de Boris Johnson de echar el cierre al Parlamento. Muchos parlamentarios se encontraban de pie durante la ceremonia, rodeando al presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow y con carteles de protesta.
Bercow, quien en todo momento ha intentado defender la democracia parlamentaria ante las decisiones de Jonhson, recibió muchos elogios a pesar de ya haber tomado y anunciado su decisión de dimitir al cargo. Sentado en el sillón presidencial, pensaba y repensaba cada palabra que iba a dirigirle a la “Vara Negra”, portadora del mensaje de convocatoria de los lores a los diputados.
“Reconozco que nuestra presencia es requerida por los comisionados de la reina. Están haciendo lo que consideran que es su deber, y yo reconozco cuál es mi papel en esta ceremonia”, manifestó Bercow. “Estoy encantado de cumplir con este papel, pero quiero señalar que esta ceremonia no tiene nada de normal. La suspensión acordada es una de las más largas en las últimas décadas y representa una imposición del Ejecutivo”, expresó el presidente de la Cámara de los Comunes antes de levantarse.
Con desgana y varios encontronazos, Bercow se dirigió hacia la Cámara de los Lores. Entre los impases generados en ese momento, resalta el cambio de palabras que mantuvo con Andrew Stephenson, un joven diputado conservador quien no dejaba de abuchearle. “No me importa si le gusta o no y me trae sin cuidado su respuesta. Lárguese de aquí, jovencito, nadie le echará de menos”, le indicó Bercow a Stephenson. Muchos diputados de la oposición permanecían en sus escaños y gritaban “¡Vergüenza, vergüenza!” a los legisladores del partido conversador que se levantaban para cumplir el rito y seguir al “speake” (presidente de la Cámara de los Comunes).
La jefa de los Lores conservadores, la baronesa Ewans de Bowes-Park, acompañada por el presidente de la Cámara alta, Lord Fowler, y el líder de los Lores independientes, Lord Hope of Craighead, recibieron a la delegación de diputados.
En un acto apagado y triste, Ewans leyó los logros de la última legislatura, en una Cámara prácticamente vacía. El letrado mayor, a continuación, se volvió hacia Bercow y el resto, de pie en la antesala del recinto, y pronunció las palabras rituales: “La reyne le veult (Así lo desea la reina)”.
Mientras tanto, en la Cámara de los Comunes, los diputados entonaban canciones de resistencia y esperaban el regreso de Bercow, a quien recibieron con euforia y apretones de manos en señal de apoyo absoluto.
Sin duda la tradicional ceremonia de clausura del Parlamento, ya desde la madrugada, no era lo que Isabel II deseaba. Este 2019 se intentó literalmente cerrar la puerta en las narices de la representante de la Reina.