Brasilia – Brasil.-Cuando están por cumplirse siete días de la orden con la que el presidente Jair Bolsonaro autorizó a las Fuerzas Armadas (FFAA) de Brasil para que participaran en el combate de los incendios en el Amazonas, el gobierno federal brasileño dio cuenta de aparentes avances en la lucha contra las llamas.
“Hemos visto que los brotes de fuego han disminuido considerablemente”, dijo el miércoles Ralph Dias da Silveira, jefe al mando del personal de las FFAA, que interviene en los trabajos de extinción.
La aseveración del oficial se fundamenta, principalmente, en datos revelados por el Centro Operativo y de Gestión del Sistema de Protección del Amazonas (Censipam). Según esa información, las concentraciones de calor registradas en Rondonia, una región de la Amazonía brasilera en la que las cuadrillas bregan de forma intensa, se han reducido de manera drástica.
Pese al relativo éxito de las autoridades, la comunidad internacional no ha parado de condenar la tardía reacción del Ejecutivo brasileño. De acuerdo con el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), más de la mitad de los 71.497 incendios forestales que se han detectado en la selva amazónica han ocurrido entre enero y agosto. Sin embargo, no fue sino hasta la semana pasada que la Administración Bolsonaro empezó a tomar medidas.
Ante las críticas, Nestor Forster, embajador interino de Brasil en Washington, dijo a la Voz de América que los incendios en el Amazonas fueron provocados por agricultores que acondicionaban sus terrenos para la siembra. El diplomático agregó que las llamas no tienen la intensidad que se ha vendido por redes sociales o a través de los medios de comunicación.
“No es que estén quemando una floresta primaria, sino que ya son áreas que han sido deforestadas y las están preparando para la agricultura, o sea, esto no tiene la dimensión que se le ha dado”, aseguró Forster.
A propósito de esas quemas – y con la intención de evitarlas en los próximos días – el presidente Jair Bolsonaro emitió un decreto que las prohíbe, por espacio de dos meses. La idea de la orden ejecutiva, que entró en vigor este jueves, es la de frenar la multiplicación de los incendios.
