La Iglesia y organizaciones católicas mexicanas se preparan para dar la batalla contra las intenciones de despenalización del aborto, que han manifestado integrantes del próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
A través de redes sociales, obispos católicos convocaron a participar en la «Marcha por la vida y la paz», el próximo 20 de octubre, para expresar el rechazo a la despenalización del aborto.
También participa en la convocatoria el Frente Nacional por la Familia (FNF), que agrupa a más de mil organizaciones católicas en México.
En un video de seis minutos transmitido por la cuenta Tiempos de Reflexión, a través de YouTube, Rangel acusó que el Banco Mundial está detrás del propósito de reducir la población mundial.
«A cambio de dar beneficios a las naciones más pobres, condicionan la ayuda, por ejemplo, para que estas personas (los legisladores) promocionen el aborto, matrimonios del mismo género y, sobre todo, el control natal«, dijo.
También afirmó que «el Papa ha denominado que todas las personas que practican el aborto o que cooperan con el aborto se les llama sicario, las mujeres feministas dicen que es su derecho a abortar de manera ética, nosotros lo que vemos es un asesinato y la ley de dios dice no matarás».
El polémico obispo de Chilapa, quien en su momento levantó la controversia al admitir reuniones con miembros del crimen organizado, advirtió que en el mundo existe una tendencia por la ideología de género que trata de reducir la población.
«Nosotros como cristianos católicos nos oponemos a esta agenda de género», dijo.
Eduardo Hayen, sacerdote en la Catedral de Chihuahua, estado del norte del país, sentenció al infierno a las mujeres que participaron en una marcha en favor del aborto, el pasado viernes.
Ante decenas de feligreses advirtió que si las mujeres que «realizaron la marcha de la muerte a favor del aborto no se arrepienten, su camino será hacia el infierno«.
Rodrigo Iván Cortés, presidente del Frente Nacional por la Familia, aseguró que las marchas en contra del aborto son para rechazar «la agenda de Olga Sánchez Cordero», quien será próxima secretaria de Gobernación y que se ha manifestado abiertamente a favor de la despenalización del aborto.
Cortés también señaló que están en contra de la imposición de la ideología de género en los textos educativos.
En México el debate en torno del aborto ha tomado fuerza a partir del impulso que tomó el tema en Argentina con su discusión legislativa y porque Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte y próxima responsable de la política interior en el país, ha propuesto una ley federal que valide procedimientos seguros y la no criminalización de las mexicanas por abortar.
Sánchez Cordero ha dejado claro que este es un tema de salud pública y de libre albedrío, como sucede en la Ciudad de México.
De acuerdo con la organización civil Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), para avanzar hacia la despenalización general del aborto en México son necesarias reformas a los códigos penales locales o crear un Código Penal Único.
Una encuesta realizada por la firma Parametría en 2017 mostró que 7 de cada 10 mexicanas y mexicanos está en desacuerdo con que una mujer pueda tener un aborto sin ser penalizada. En contraste sólo tres de cada 10 está a favor del aborto.
Sólo en la Ciudad de México el aborto es legal por voluntad de las mujeres hasta las 12 semanas de gestación.
A partir de su legalización, en 2007, se han registrado 199,230 abortos en la capital del país, de acuerdo con datos del Sistema de Información del Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
Un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Guttmacher expone que en todo el mundo 25 millones de abortos peligrosos fueron realizados entre 2010 y 2014.
El 97% de estos se llevó a cabo en países subdesarrollados de África, Asia y América Latina.