La expresidenta y senadora argentina Cristina Kirchner, protegida por fueros parlamentarios, dijo estar dispuesta a que se proceda al allanamiento de sus domicilios, como pidió el juez que la indaga en una causa por sobornos millonarios que involucra además a más de una veintena de altos empresarios.
En una carta a su bancada parlamentaria, publicada este martes, Kirchner sostuvo que «a esta altura de las circunstancias, no tengo ningún inconveniente en que el cuerpo autorice lo solicitado por (el juez Claudio) Bonadio«.
Kirchner es senadora desde 2017 y cuenta con inmunidad parlamentaria. Aunque no puede ser detenida, sí se la puede imputar y condenar.
El Senado debe debatir este miércoles si autoriza los allanamientos de los domicilios de Kirchner en Buenos Aires, Santa Cruz y El Calafate, éstas dos últimas ciudades en el sur del país.
Una sesión para tratar ese punto la semana pasada fracasó por falta de quórum.
La exmandataria aclaró sin embargo que su disposición «no implica convalidar la irracionalidad de las medidas dispuestas» por el juez, «sino que tiene por principal objetivo terminar con el show montado alrededor de estos allanamientos sin fundamentos».
En su carta, Kirchner pidió al Senado que para los allanamientos no se permitan cámaras de televisión ni fotográficas, que estén presentes sus abogados así como un senador de su elección y que se resguarden los objetos de uso personal.
«Si encuentran lingotes de oro, millones de dólares o piedras preciosas en bolsas, se los pueden llevar; pero si encuentran un anillo o un collar, está claro que son de mi uso personal», escribió.
Kirchner, quien gobernó Argentina entre 2007 y 2015, es la persona de más alto rango involucrada en el escándalo conocido como «los cuadernos de la corrupción», que indaga presuntos sobornos de importantes empresarios entre 2005 y 2015 para adjudicación de contratos de obra pública.
La causa judicial se inició sobre la base de apuntes tomados por el exchofer del ministerio de Planificación Oscar Centeno, quien supuestamente hizo durante diez años recorridos por Buenos Aires para llevar y traer bolsos cargados de millones de dólares.
El departamento de Kirchner en Buenos Aires, así como la residencia presidencial de Olivos y la Casa Rosada, sede del gobierno, figuran en esos cuadernos como puntos de entrega del dinero.
A esos apuntes se sumaron luego las confesiones de varios empresarios que decidieron acogerse a la figura del arrepentido y más recientemente dos exfuncionarios de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.