La misión de Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitó este lunes cancelar por «improcedente» la sesión extraordinaria del día 23 en la que está previsto debatir si se aplica a Caracas la Carta Democrática del organismo.
La misión venezolana envió esta petición al presidente de turno del Consejo Permanente, el argentino Juan José Arcuri, a través de una carta a la que tuvieron acceso las agencias de noticias.
Venezuela pide que se cancele la sesión por su «manifiesta improcedencia» ya que, en su opinión, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, «no está legitimado» para solicitarla.
«El Secretario General desnaturaliza su función al atribuirse competencias que los Estados miembros no le han concedido», dijo Álvarez en el documento de tres páginas.
«Entenderlo de otro modo quebraría la columna vertebral de una organización que basa su actuación en la cooperación de los Estados miembros a partir del apego más estricto de su soberanía y la no injerencia en sus asuntos internos», añadió.
Almagro pidió esta sesión el pasado 31 de mayo al invocar el artículo 20 de la Carta Democrática, que da potestad al secretario general o a cualquier Estado miembro para solicitar un Consejo Permanente extraordinario cuando considere que en un país existe una «alteración constitucional que afecta gravemente al orden democrático».
La misión venezolana rechaza el paso de Almagro al asegurar que en el país no existe tal «alteración» y que la solicitud del secretario «responde a un uso desviado de una facultad que el Gobierno de Venezuela en todo caso rechaza», tal como expresa en su carta a la presidencia del Consejo.
Siguiendo la Carta, los 34 países de la OEA deberán realizar en esa reunión extraordinaria una «apreciación colectiva» sobre el estado de la democracia en Venezuela.
Los países deberán entonces decidir, con el voto de la mayoría de los 34 países miembros, si implementan la Carta Democrática Interamericana sobre Venezuela. La primera etapa contempla oficios diplomáticos, y la más extrema, la suspensión de la participación del país en la OEA.
Álvarez dijo que si el Consejo Permanente acepta la reunión «estará sentando un precedente pernicioso para la supervivencia de esta organización», añadió el diplomático.
Álvarez también dijo que la solicitud de Almagro «carece de sentido» tras la declaración adoptada por la OEA el 1 de junio en apoyo a un «diálogo abierto» entre el presidente venezolano Nicolás Maduro y las fuerzas opositoras que impulsan un referendo revocatorio en su contra.
Este martes, la OEA escuchará al ex jefe de gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, junto a Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), sobre la misión de Unasur que integra para mediar entre oposición y gobierno.
Unasur, alianza regional creada en 2011 con el impulso clave del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, anunció este sábado también para el día 23 una reunión de cancilleres con los tres expresidentes para «evaluar el avance del diálogo».
El cruce de convocatorias es muy revelador del actual momento de pugna entre Venezuela y Almagro, pero también entre la OEA, la Unasur y los diferentes actores políticos que buscan un papel en la crisis del país caribeño.