Washington DC.- En su discurso de aceptación, tras ser nominado por el Presidente Obama a la Corte Suprema de EE.UU., el Juez Merrick Garland contó una historia de inmigración. Al igual que los refugiados de hoy en día que escapan de la persecución en Siria, la familia Garland sobrevivió porque sus abuelos salieron de la tierra donde nacieron.
Merrick Garland le dijo al pueblo estadounidense: “Mi familia merece gran parte del crédito por el camino que me trajo hasta aquí. Mis abuelos salieron de un asentamiento en la frontera de Rusia Occidental y Europa del Este, a principios de los 1900’s, huyendo del antisemitismo y con la esperanza de hacer una vida mejor para sus hijos en Estados Unidos. Se instalaron en el Medio Oeste, con el tiempo se encaminaron hacia Chicago. Allí, mi padre, administraba una de las pequeñas empresas más pequeña, desde una habitación en el sótano de nuestra casa, él me llevaba allí cuando estaba con sus clientes, siempre me inculcaba la importancia del trabajo arduo y ser justo en el trato con las demás personas”.
Garland representa el ascenso de una familia de refugiados, desde la pobreza hasta el nivel más alto en los tribunales federales, en sólo tres generaciones.
Garland se considera un juez moderado, no ideológico, ampliamente respetado tanto por liberales como por conservadores. Él no tiene un historial importante sobre casos relacionados con la inmigración. Sin embargo, él ha hecho decisiones sobre una serie de casos que pudieran tener una incidencia sobre el rechazo a la acción ejecutiva en materia de inmigración. En la mayoría de los casos, él ha sostenido que el poder ejecutivo tiene un amplio poder para tomar decisiones y que esta deferencia tiene una relación directa con las agencias federales.
Esto sería muy bueno para permitir que el DAPA procediera su curso bajo el actual gobierno, pero no sería tan buena durante una administración más conservadora que, con el mismo poder, podría revertir las acciones ejecutivas.