Washington – EEUU.- Por lo menos tres precandidatos demócratas a la Presidencia de Estados Unidos solicitaron la destitución de Brett Kavanaugh, el magistrado de la Corte Suprema que fue confirmado en el cargo, en octubre del año pasado.
Kavanaugh, un promiente jurista que llegó a trabajar para el expresidente George Bush (hijo), ocupó la vacante dejada por la renuncia del juez Anthony Kennedy. Sin embargo, a un año de su ratificación, una denuncia por agresión sexual ha empañado su reputación.
La acusación ha sido formulada por Deborah Ramírez, una mujer que llegó a estudiar con Brett Kavanaugh en la Universidad de Yale. Ella lo señala de habérsele exhibido semidesnudo, durante la celebración de una fiesta.
La aparente irregularidad se suma a la que fue revelada, el año pasado, por el diario “The New York Times”. Según ese rotativo, el abogado se comportó de forma inapropiada con otra mujer que, como él y como Ramírez, asistió a Yale.
En su momento, Kavanaugh rechazó la denuncia. Sin embargo, el surgimiento del nuevo caso ha reavivado la polémica a su alrededor.
Por ese motivo, la senadora Kamala Harris aseguró que el magistrado “mintió al Senado de Estados Unidos y sobre todo a los estadounidenses”. Mientras tanto, su colega, la también senadora Elizabeth Warren, consideró que “los nuevos reportes son inquietantes”.
Por su parte, Julian Castro, exministro de Vivienda de la era Obama, manifestó que, por mentir bajo juramento, el juez “debería ser destituido y el Congreso debería revisar por qué el Departamento de Justicia no investigó de manera adecuada la cuestión”.
Para contrarrestar las voces que piden la cabeza del abogado, el presidente Donald Trump elevó la suya. A través de Twitter, el jefe de Estado afirmó que las denuncias contra Brett Kavanaugh son “falsas” y que el jurista “debería empezar a demandar a la gente por difamación”.
