sábado, abril 27, 2024

Trabajar de mesera en eventos sociales «fue una gran escuela»

 

Para la protagonista de esta historia trabajar de mesera fue su gran escuela tras emigrar. En su país se dedicaba entre otras cosas a planificar eventos y logró convertirse en una destacada wedding and planner, pero el mercado en su nuevo nido es distinto. #MiVuelo presenta a Adriana Hernández.

Fue el 9 de enero de 2019 cuando Adriana emigra a los Estados Unidos desde Venezuela. En su país le iba bien laboralmente, pero en esa época no conseguían nada. Por si fuera poco, el colegio donde estudiaba su hija lo cerraron, hacer mercado resultaba toda una odisea, tampoco se conseguían las medicinas básicas y eso le frustraba.

Justamente su esposo había visitado  Estados Unidos dos años antes y sabía que en este país valorarían sus estudios como electricista, por lo que decidieron dar el paso.

Ser mesera: una gran escuela

Adriana estudió Comunicación Social y trabajaba como Wedding and Planner. «Dejé los medios de comunicación 3 años antes de venirme y me dediqué a hacer eventos en una casa de eventos muy importante en la ciudad de Maracay», dijo.

Entre sus primeros trabajos realizados al llegar a su nuevo nido, fue hacer de mesera en eventos sociales, eso le permitió ver cómo eran las bodas aquí, dijo «fue una gran escuela». Luego, trabajó por 3 meses en un restaurante de ensaladas picando vegetales y de lavavajillas.

Entre las experiencias laborales que Adriana asumió el reto de hacer, fue la de las conocidas aplicaciones: Doordash, Amazon, Uber Eat. Se le presentó la oportunidad de trabajar con una amiga haciendo pastelitos y tequeños.

La magia de los eventos

Persiguiendo su pasión y lo que le gusta hacer registra H&H Event Planner, una empresa dedicada a la organización de eventos. Dijo; «no tenía pensado dedicarme a esto aquí, lo veía lejano. Un compañero de trabajo y amigo mexicano se iba a casar y lo estaba ayudando con la organización. Localicé a una florista venezolana que hacía unos arreglos hermosos. Nos reunimos, y aunque no la contrató, ella y yo quedamos en contacto».

«Un día recibí la llamada de un muchacho diciendo que me había recomendado esa florista para que coordinara su boda. Fui a reunirme con ellos muy feliz, y al día siguiente me llamaron para decirme que estaba contratada», destacó Adriana, al tiempo recuerda con mucha emoción sus primeros trabajos para la comunidad en Dallas.

Su mensaje para muchos inmigrantes fue el siguiente: «si algo te apasiona ponle corazón, mente y alma. Patea la calle, rodéate de gente exitosa. Confía en ti, en tus capacidades y, sobre todo, sé agradecido con Dios por todas las oportunidades que se tepresentan. Dios siempre nos ayuda a cumplir nuestros sueños. Solo tenemos que poner manos a la obra».

Me despido hasta la próxima historia,

Adriana Henríquez

@migrantesenvuelo

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