Ciudad de México.-México registró el martes 121 nuevos pacientes de COVID-19, en menos de 24 horas, lo que elevó a 1.215 el total de casos confirmados en este país, y 29 fallecimientos a causa de la enfermedad.
En rueda de prensa, y ante de que se decretara emergencia sanitaria en México, el director general de Epidemiología, José Luis Alomía, precisó que la mayoría de los contagios se encuentran distribuidas en hombres, con un 58 por ciento, mientras que el 42 por ciento restante en mujeres.
Sin embargo, señaló que, de los 29 pacientes que perdieron la vida por el nuevo coronavirus, uno de ellos reportado este martes, el 90 por ciento corresponde a mujeres y un 10 por ciento a hombres, de una mediana de edad de 56 años.
Detalló que además de los hasta hora 1.215 casos confirmados y 29 fallecidos, existen 3.511 casos sospechosos y 6.282 casos negativos, lo que de un total 11.008 de personas estudiadas.
«Ser adulto mayor continúa siendo un factor de riesgo para hospitalización y fallecimiento», añadió.
El experto aclaró que México aún se mantiene en la «Fase dos», lo que significa que ya hay casos de contagio por transmisión local y no sólo casos importados, como se presentaron en la primer fase.
Al celebrarse en Palacio Nacional el ya tradicional encuentro con la prensa para presentar el informe técnico diario respecto a la situación del COVID19 en México, Alomía explicó que si bien en un principio la carga poblacional por casos de COVID-19 se concentraba en los centrales Ciudad de México y Estado de México, ahora, afirmó, Quintana Roo (sureste) tiene la mayor tasa acumulada, misma que se calcula con base en la población de cada entidad.
Asimismo, y en compañía del sub-secretario (vice-ministro) de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell, aclaró que del total de casos confirmados en todo el país, sólo el 16 por ciento ha requerido hospitalización, mientras que 84 por ciento ha seguido su caso en aislamiento domiciliario.
Apenas en la víspera México declaró emergencia sanitaria para elevar las medidas de prevención y atención al COVID-19, lo que, de acuerdo con las máximas autoridades sanitarias del país, no significa «un toque de queda».
No obstante, se extendió a 10 días más la suspensión de actividades «no esenciales» en el sector público, privado y social, exceptuando las que tengan que ver con la seguridad nacional, incluyendo la sanitaria.
De igual modo, y a partir de este martes, se ha visto poco a poco el cierre de los negocios no indispensables, toda vez que el gobierno mexicano ha dicho que solamente permanecerán abiertos los supermercados, farmacias y tiendas de abarrotes.
El viceministro López-Gatell previó que en un periodo de 7 a 14 días «se comience a ver la reducción de contagios en la curva epidemiológica, siempre y cuando la sociedad implemente las medidas de sana distancia».
Aclaró que si bien las medidas planteadas el lunes, aunque pueden disminuir la actividad económica y social, es, dijo, importante acatar las disposiciones sanitarias en este momento ya que lo que se busca es «aplanar la curva», que significa básicamente distribuir en el tiempo el número predicho de casos nuevos para que las personas tenga un mejor acceso a la atención sanitaria.
«De lograr aplanar la curva será un éxito, no del Gobierno, sino de la sociedad mexicana que se habrá quedado en casa», puntualizó.