Tegucigalpa – Honduras.- Cientos de migrantes hondureños ya han puesto fecha para partir desde ese país hacia Estados Unidos, en una nueva caravana de migrantes. Quienes caminarán rumbo a EE.UU., planean partir en enero de 2020.
“No sé si tendrá el mismo ímpetu de las caravanas anteriores, pero la planifican en las redes sociales es para la segunda quincena de enero”, dijo Hugo Maldonado, presidente del comité local de Derechos Humanos.
A juicio del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, la culpa de las caravanas de migrantes es de los traficantes de personas y de los políticos opositores que le ayudan a organizar la logística de la movilización.
Mientras tanto el exministro de Defensa y excanciller, Edmundo Orellana, aseguró que los migrantes se atreven a realizar las caravanas por desesperación, “los hondureños están desesperados por las circunstancias en que viven y no les importa huir del país aunque saben que Estados Unidos no los recibirá con los brazos abiertos y que los detendrá en Guatemala o México, donde pocos de ellos podrían asilarse”.
“Vivir en Honduras es asfixiante porque hay un déficit gigantesco de empleo y oportunidades, los pequeños empresarios son extorsionados por las pandillas y el gobierno no hace nada por generar riqueza”, aseguró Orellana.
Ante la nueva decisión de los hondureños por emprender camino hacia Estados Unidos, Ricardo Puerta, sociólogo cubano y experto en temas migratorios, aseguró que justamente fueron las caravanas de hondureños las que provocaron que Estados Unidos y los países del llamado Triángulo Norte: Guatemala, El Salvador y Honduras, firmaran los actuales acuerdos migratorios.
“Hay un corte en la historia de Honduras de antes y después de las caravanas migratorias, desde octubre del año pasado”, aseguró Puerta.
Sin embargo y pese a que en muchos casos han sido detenidos y deportados, la migración colectiva (caravanas) se ha convertido en un atractivo recurso para los hondureños, quienes aseguran que de esa manera tienen mayor protección ante el ataque de delincuentes que podrían encontrarse en el camino.
Cifras oficiales indican que más del 60% de los 9.2 millones de habitantes de Honduras viven en la pobreza y el 37% en la miseria. Además, el desempleo agobia al 5,7% de la población económicamente activa.
Pese a que el gobierno ha invertido alrededor de 20,000 millones de dólares en estrategias para reducir la pobreza, no se observan avances porque la corrupción en el gobierno absorbe al menos 2,000 millones de dólares cada año.
“Aunque tengan un trabajo, los hondureños difícilmente saldrán de la pobreza o se convertirán en clase media”, advirtió Ismael Zepeda, investigador del Fondo Social de Desarrollo, organismo financiado por el Banco Mundial.