París – Francia.- La reforma emprendida por el presidente Emmanuel Macron, relacionada con la subida de la edad de jubilación y el miedo de los trabajadores a perder el sistema de pensiones, generó que en Francia los sindicatos se organizaran y mantengan una protesta activa desde hace trece días.
Maestros, médicos, abogados, trabajadores de la Torre Eiffel y otros gremios del país, han realizado una huelga profunda este martes que afectó de manera directa tanto a los franceses como a millones de turistas.
Muchos padres que lograron llegar a las escuelas pese al poco transporte y la congestión en el metro, encontraron las aulas cerradas.
En los hospitales los servicios dispuestos por los trabajadores de la salud fueron los mínimos, solo se atendían emergencias.
Con relación al transporte, este martes solo un 30% de autobuses circulaba con dificultad en medio de atascos y han prestado servicio con normalidad dos de las 16 líneas de metro en París y un cuarto de los trenes de alta velocidad que cruzan Francia. Las rutas internacionales también se vieron afectadas.
Los sindicatos de trabajadores de la red ferroviaria estatal SNCF querían mantener la huelga durante los feriados navideños, el gobierno se encuentra buscando soluciones.
Por seguridad durante la huelga, y evitando posibles actos de violencia de los conocidos Chalecos Amarillos u otros manifestantes indignados por el tema económico, la Policía acordonó el Palacio del Elíseo.
La presión creció sobre Macron después de que el principal ideólogo de su reforma de las pensiones renunciara el lunes por supuestos conflictos de interés.
Pese a que la pasada semana el presidente francés aplazó la aplicación de la norma de elevar la edad de jubilación de 60 a 64 años y abrió la puerta a más negociaciones, el gobierno puntualizó que la medida de aumentar la edad no se encuentra en discusión.
“La reforma se queda (…) no la retiraremos”, dijo la portavoz del gobierno Sibeth Ndiaye.