Barcelona – España.- Barcelona volvió a registrar una noche violenta. Desde las 9:00 p.m. de este miércoles – y durante cinco horas – manifestantes y activistas que claman por la independencia de esa región trancaron calles, incendiaron contenedores de basura y arremetieron contra los Mossos d’Escuadra (la policía local).
Los disturbios, ocurridos tras la concentración pacífica que fue convocada por los Comités de Defensa de la República (CDR), dejaron 33 detenidos. Por otra parte, casi un centenar de personas requirió asistencia médica de emergencia.
Los enfrentamientos entre protestantes y las fuerzas del orden comenzaron cuando un grupo de jóvenes empezó a lanzar botellas, latas y otros objetos contundentes a los efectivos que custodiaban la sede del Departamento de Interior. Algunos de los manifestantes intentaron derribar las vallas que resguardaban el edificio.
En ese punto, los Mossos se vieron obligados a emplear la fuerza. Mediante furgonetas arriaron a los violentos hasta la plaza de Tetuán y hasta otros puntos del Eixample barcelonés.
Las escenas hicieron recordar la jornada del martes, el día en el que estallaron los disturbios. Esos actos llevaron al Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez a emitir un comunicado en el que se asegura que el Gobierno en funciones actuará “con firmeza”, siempre y cuando sea necesario.
Con ese contexto como telón de fondo, miles de personas prosiguieron, este jueves, su andadura hacia Barcelona. Las masivas partieron el miércoles desde distintos puntos de Cataluña, con la intención de arribar este viernes a la capital regional.
Las protestas fueron activadas por un fallo del Supremo español. El pasado lunes, la máxima corte dictó penas de entre nueve y 13 años de prisión, contra nueve de los 12 políticos y activistas que formaron parte del “procés catalán”.
Aunque ese intento secesionista data de 2012, llegó a su punto de inflexión en 2017, tras el referendo convocado por el expresidente de la Generalitat, Cales Puigdemont. La consulta, que favoreció a los separatistas, fue sucedida por una declaración unilateral de la independencia.
En consecuencia, la administración del para entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tuvo que intervenir la autonomía catalana, mediante la aplicación del artículo 155 de la Constitución de España.