Los Ángeles – Estados Unidos.- El negocio de la muerte hizo resurgir a Hugo Sánchez Laurel, un inmigrante mexicano que luchó contra las adversidades y ahora tiene su propia empresa: una funeraria.
Hugo, nacido en el estado de Colima, ha sentido en carne propia las dificultades de no tener residencia legal en Estados Unidos.
En Los Ángeles a donde emigró con 14 años, junto a su familia, ha hecho su vida.
Se graduó de secundaria en 2004, pero para ingresar a la universidad necesitaba papeles legales.
La falta de estabilidad migratoria lo llevó a buscar trabajo, pero nada de lo que conseguía cubría las expectativas.
Pasaron los años y ya con una pareja estable y su hija recién nacida se tuvo que ir desprendiendo de lo material. Perdió sus carros, no los podía pagar.
El emprendimiento lo llevó a realizar videos en funerarias para los deudos, incluso consiguió un trabajo a tiempo completo en una de ellas.
Fue en el 2012 que Hugo, al igual que miles de jóvenes indocumentados en el país, recibió la importante noticia del anuncio de la Acción Diferida para Los Llegados en la Infancia (DACA).
La esperanza que acarició por muchos años para poder tener un seguro social válido y un permiso de trabajo por fin se le había hecho realidad.
Ahora con papeles todo era diferente. Consiguió un trabajo estable y con el doble de ingresos.
Y lo mejor estaba por venir cuando decidió montar su propio negocio. Fueron meses de papeleo, pero rindieron sus frutos.
El dueño de la funeraria Optima Funeral Home, establecida en 2017 en el centro de Los Ángeles, se siente agradecido y afortunado.
“Para mi cada mañana llegar aquí y ver el edificio es un orgullo. Llegar, saludar a los muchachos, ver el plan del día y empezar a ejecutarlo es un orgullo”, dijo Hugo que tiene cuatro empleados, incluidos dos beneficiarios de DACA.