Qué podríamos aprender de los acontecimientos desagradables suscitados durante el periodo escolar 20182019?,pero solo hasta diciembre que está por terminar en pocas semanas para empezar el último ciclo para estudiantes, que culmina en junio 2019. Esta interrogativa que concierne al profesorado, padres de familia, autoridades educativas y policial; y hasta de los mismos estudiantes que han sido víctimas de un protagonismo delictivo en sus centros de aprendizaje, toca verdaderamente instaurar un nuevo sistema de seguridad colectiva, que permita a todos contar con garantía personal, para sostener un modelo eficiente de control hacia educandos y educadores.
Los últimos y desagradables momentos de violencia estudiantil en escuelas de CMS, en los que han perdido la vida inocentes estudiantes, nos debe traer a un instante para revisar nuestros procedimientos y responsabilidad familiar. Sabemos que la Segunda Enmienda Constitucional, nos da el derecho de portar armas y por supuesto de tenerlas en nuestras casas. Pero ahí; precisamente ahí, es donde radica el fácil acceso a ellas por parte de nuestros hijos, porque en gran mayoría no están en lugar secreto sino a la vista de nuestros hijos; es decir, que una seguridad familiar no se tiene que transformar en un libertinaje del hogar, porque éste ha permitido disponer, que teniendo a la mano un arma de fuego, planearon y ejecutaron los asesinatos que quisieron nuestros hijos.
La medida de la autoridad del CMS con la del jefe del CMPD, contienen una búsqueda para implementar la seguridad en las escuelas. Pero no obstante a ella, será imprescindible mantener la responsabilidad de padres de familia que tienen armas en sus casas. El control de armas parte primero en las personas que las tienen en su poder dentro de sus domicilios.Los hijos, conocen dónde y cuándo están disponibles estas armas de fuego, porque por el mismo factor de sus edades, les permite estar explorando para encontrarlas y llevarlas donde ellos consideran usarlas. Posiblemente, los controles aleatorios que se realicen en detectores de metales portátiles, pueden dar a una alternativa para instalarlos en forma fija, así como también, que las cámaras cumplan con el monitoreo con el despliegue de tarjetas de pánico para los maestros.
Una de las partes importantes dentro de este proceso de seguridad escolar, es indiscutiblemente la comunicación de padres de familia con las escuelas, en el que está envuelto todo el personal del centro educativo desde el más sencillo cargo de empleados. La seguridad para estudiantes no es solo para ellos, es hasta para la misma policía que tiene el control de garantía ciudadana.
Es recomendable, que dentro de estas medidas que se implementarían, no se deje de imprimir folletos educativos, que permitan la información a la comunidad dentro de los mecanismos que realice el Charlotte Mecklenburg School, cuyas metas protegerían no solo a los estudiantes y profesores sino a todo el sistema educativo que está envuelto para conservar la tranquilidad de la comunidad; especialmente en estos momentos en donde existe un ambiente de inseguridad estudiantil y que lastimosamente se está viviendo en nuestros vecindarios.
De otra parte, hay que analizar las recomendaciones que hace a los estudiantes el jefe de Charlotte/Mecklenburg Police, y que este llamado va dirigido a todos los que tienen que ingresar a las escuelas del CMS, para que se respete los controles aleatorios y que consisten en detectores de metales fijos. Esta recomendación, guarda relación con la que expone el Superintendente Escolar de Charlotte/Mecklenburg School, que concierne a la revisión que brindarán los oficiales de seguridad; situación que consideramos muy oportuna e importante para todo un efectivo control de seguridad, mismo que beneficiaría a todo el sistema educativo, que requiere inmediata solución ante las graves consecuencias de pérdidas de vida dentro de un convivir en nuestras comunidades, cuyos nefastos resultados han enlutado a muchas familias de distintos grupos étnicos en la ciudad y el condado.
Hoy, por hoy, necesitamos tener una alto grado de confiabilidad con nuestros hijos cuando entran a las escuelas a educarse.No es posible mantener una angustia en el seno familiar al dejarlos cuando nos despedimos cada día en sus planteles, o simplemente cuando los buses escolares los recogen. Las amargas experiencias vividas no solo en Charlotte/Mecklenburg, son las que han dejado desgracias personales, sino en casi todo el país a consecuencias de las armas, que son usadas por muchos hijos, para disparar a quemarropa contra inocentes compañeros, profesores y hasta al personal que no han sido del sistema educativo. Consideramos, que las futuras medidas que se implementarán entre el CMS y CMPD, tendrían resultados muy alentadores, que permitirían que el proceso estudiantil funcione mejor en su seguridad. Si estas anunciadas medidas se implementaran con absoluta normativa de respeto a los derechos civiles, el sistema educativo estaría con un alto grado de aceptación ciudadana; principalmente de aquella que su núcleo familiar la compone hijos que reciben educación a todo nivel en el país.