Una inmigrante enferma de cáncer y que sólo hablaba español falleció la semana pasada en su casa sin recibir atención médica al no contar con traductores en el hospital de una localidad del oeste de Colorado, denunció la familia de la mujer a los medios locales. Si bien el mal estaba en una etapa avanzada, no pudo ser atendida de forma adecuada.
La mujer, de 62 años e identificada sólo como Delfina para proteger su privacidad y la de su esposo, vivía en Clifton, una ciudad de 20.000 personas al este de Grand Junction, Colorado.
En julio pasado se le diagnosticó cáncer y se indicó que tenía poco tiempo para vivir, explicó Ashley Leyva, nuera de Delfina.
Según Leyva, Delfina no aceptó ir a un hospital de la zona porque allí solo ofrecían traductores por teléfono.
Leyva aseveró que cuando su suegra fue al hospital y recibió el diagnóstico inicial, no había un médico que le pudiese hacer preguntas en español, y el servicio de traducción, a través de tableta y conexión wifi, no resultó bueno por problemas con el audio.
Delfina falleció en su vivienda en brazos de su esposo el pasado viernes. El hombre no llamó al servicio de emergencias porque, cuando lo hizo en anteriores ocasiones, el operador del 911 le dijo que no lo entendía.
Leyva llamó al 911 y trató de reanimar a su suegra. Cuando los paramédicos llegaron, la mujer ya había fallecido. Poco después, como parte del protocolo, también se presentó un alguacil para documentar el fallecimiento.
Según Leyva, los paramédicos pidieron disculpas porque, por no hablar español, no pudieron expresar sus condolencias al esposo de Delfina.
Leyva enfatizó que, en todo momento, el personal del hospital, los paramédicos y el alguacil fueron «compasivos y profesionales». Pero lamentó que la falta de traductores o de un servicio de traducción apropiado impidiese a sus suegros ir al hospital o llamar al 911.
Esa barrera del idioma, dijo Leyva al matutino The Daily Sentinel, aisla la comunidad inmigrante y la hace sentir insegura.
Cindy Ortiz, directora de servicios comunitarios del hospital St. Mary, donde Delfina fue diagnosticada, indicó en un comunicado que, en cumplimiento de las leyes vigentes, ese centro cuenta con equipo adecuado para ofrecer traducción al español y a «docenas de otros idiomas».
Pero, sostuvo, «el servicio no es perfecto». Y son pocos los empleados del hospital bilingües.
Con respecto a los operarios del 911, a cargo del Centro Regional de Comunicaciones en Grand Junction, están capacitados para acceder a servicios traducción cuando sea necesario y lo hacen varias veces por semana, según Paula Creasy, directora de ese centro.
Pero, dijo, la situación con Delfina y su esposo indica que, además de educar a la comunidad sobre los servicios disponibles, es necesario contratar más traductores.