HOUSTON, Texas.- El juez Andrew S. Hanen, del distrito del sur de Texas, no tomó este miércoles ninguna decisión sobre el programa DACA y dio hasta lunes para que las partes introduzcan nuevos argumentos para defender o desafiar la legalidad del programa.
Tras una larga audiencia de más de tres horas, Hanen decidió que el Departamento de Justicia, la Fiscalía de Texas y los abogados defensores de DACA, entreguen un resumen de un máximo de cinco páginas argumentando si en 2012 el gobierno de Barack Obama debió poner en funcionamiento DACA junto a una serie de reglamentos o memorandos que le dieran la legalidad que ha sido cuestionada.
«Lo que quiere el juez es evaluar si DACA fue promulgado cumpliendo los suficientes procedimientos legales», explica a Univision Noticias Alejandra Ávila, una de las representantes legales del Fondo Mexicano Estadounidense para la Defensa Legal y la Educación (Maldef), la organización que representa a 22 dreamers en este caso.
DACA ampara de la deportación a cerca de 700,000 jóvenes que llegaron sin papeles a Estados Unidos siendo unos niños. La decisión del juez responde a la demanda interpuesta el 1 de mayo por el fiscal general de Texas, Ken Paxton, en la que solicitó eliminar el programa alegando que generaba daños al estado. Fue secundado por siete estados más. Pidió entonces que el alcance de la decisión de la corte de Texas tuviera un impacto nacional.
La audiencia de este miércoles fluyó sin peleas acaloradas. En la mañana cuando llegó el fiscal Paxton, el espacio se tornó en un silencio sepulcral. «Paxton is here!» (¡Paxton está aquí!), susurró Damaris González, una dreamer que estaba en la corte. Él entró también callado y se sentó en una de las tres mesas, la correspondiente a la Fiscalía, donde lo esperaban sus abogados para este caso.
La sala 9C de la corte del sur de Texas es fría. Está repleta de afiches enmarcados con imágenes, por ejemplo, de familias cenando un carnoso pavo, de soldados que van al frente de batalla, de una madre que pide que «ayudemos a los hijos de Estados Unidos a ganar la guerra». En uno de ellos, un par de padres arropan a sus hijos y debajo se lee: «Nuestro deber es… luchar por la libertad a no tener miedo».
Daniela Melendez, una salvadoreña con Estatus de Protección Temporal (TPS) que está en la sala acompañando a sus compañeros dreamers, lo señala y dice: «¿Ves? Esa es la contradicción, pues lo que hacen en esta corte es justamente generar miedo».
Una decisión, un conflicto
El fallo de Hanen podría conocerse en cualquier momento después del lunes. Podría afectar decisiones pendientes, como la que pueda tomar el juez federal del Distrito de Columbia, que recién el 3 de agosto ordenó restaurar la totalidad del programa y le dio un plazo de 20 días al gobierno para apelar esa decisión.
También podría entrar en conflicto con las órdenes de otras cortes, como las de California y Nueva York, que argumentaron a favor del programa y pidieron al gobierno permitir renovaciones. Aumentaría así el embrollo jurídico que ya existe.
Si el fallo es contrario a los dreamers y Hanen decide congelar DACA, la implementación de este fallo no sería inmediato, ya que se iniciaría, con total seguridad, un proceso de apelaciones entre las partes (Texas, el gobierno, beneficiarios de DACA) que podría tomar un tiempo en resolverse. Incluso podría llegar a manos de la Corte Suprema de Justicia, que tendría la última palabra.
Hanen falló en 2015 en contra de millones de indocumentados. El mes de febrero de ese año emitió un dictamen en contra de DAPA, el programa que amparaba de la deportación a 5 millones de indocumentados que eran padres de ciudadanos y residentes permanentes, lo que en la práctica era una ampliación de la Acción Diferida DACA.
Este miércoles desafió a todas las partes cuando exponían. A la Fiscalía de Texas le preguntó por qué esperaron tanto para demandar; y a los defensores de DACA les cuestionó que si el retraso en el Congreso no les hablaba de que hay un desacuerdo para legalizarlo.
Desde sus palabras iniciales aseguró que en la sala de la corte federal de Houston no había «personas malas». Señaló además que los legisladores debían «arreglar una reforma migratoria».
El pasado septiembre, el gobierno anunció que terminaba con DACA y puso el 5 de marzo de 2018 como fecha para su cancelación total. Sin embargo, el programa fue reinstaurado el 9 de enero por orden de un juez federal de California, en una sentencia que fue ratificada el 13 de febrero por una corte de Brooklyn y el 24 de abril por el propio juez federal del Distrito de Columbia, John Bates, que instruyó al gobierno a restablecer el programa.
Este miércoles, tanto el Departamento de Justicia como la Fiscalía de Texas –que demandó al gobierno ante esta corte– coincidieron en la ilegalidad del programa. Los abogados de los dreamers recalcaron, por su parte, que sin DACA miles de jóvenes inmigrantes perderán empleos, estudios y la vida que han construido en Estados Unidos.
Para Paxton, que no respondió las preguntas de la prensa sino que envió un comunicado por correo electrónico, aseguró que «DACA representa una visión peligrosa del poder ejecutivo (…) No se puede permitir que se mantenga sin dañar gravemente nuestra Constitución. Esta demanda es vital para restaurar el estado de derecho en nuestro sistema de inmigración».
«Queremos que Paxton nos vea la cara»
La dreamer Damaris González, de 34 años, se sentó desde temprano en la corte de Houston. Con ella estaban cuatro soñadores más y una beneficiaria de TPS. Todos de la organización pro inmigrantes United We Dream.
González no es una desconocida para Paxton. En agosto de 2017 lo encaró en un restaurante y le preguntó: «¿Por qué está tratando de deportarme?». Este miércoles, volvió a darle la mano y le preguntó si la recordaba; él le respondió que sí y que debía irse.
«Estamos aquí porque queremos demostrarle al presidente Trump, a Paxton y al juez que no tenemos miedo y que vamos a seguir defendiendo a nuestras comunidades, a nuestros amigos, a nuestra familia y a la gente que vive con nosotros», dijo a Univision Noticias.
Para ella, que DACA esté en otra corte más muestra el «juego político de quienes quieren terminar con el programa». No tiene esperanzas sobre el fallo de Hanen, pero asegura que «seguiremos peleando».