La Administración de Donald Trump estudia un nuevo recorte fiscal, valorado en $100,000 millones, que no necesite aprobación del Congreso, y que va a beneficiar a quienes reportan ganancias de capital por ventas de acciones o propiedades, es decir los más ricos.
De acuerdo con The New York Times el departamento de Tesoro considera cambiar la definición de “costo” para calcular las plusvalías del capital (la revalorización) permitiendo que se ajuste a la inflación (o subida de precios) el valor inicial de un activo cuando este se vende.
Si los activos se actualizan con la inflación, la plusvalía que ha de reportarse es menor que el costo inicial del activo. Por ejemplo, si se compró una casa (o acciones) por $250,000 en 1985 y vende la propiedad por $950,000 en 2018, la plusvalía sería de 700,000 y sobre eso se pagan unos impuestos alrededor del 20%. Pero ajustado a la inflación esos $250,000 iniciales serían un poco más de $585,000 por lo que solo habría que pagar ese 20% sobre $115,000 lo que supone muchos ahorros para quienes pueden invertir en propiedades o acciones.
La mayoría de los beneficiados por este recorte en tiempos de altos déficit y deuda pública serían, de forma consistente, para quienes tienen patrimonio y propiedades, el 1% con más dinero. El efecto de estímulo a la economía no es claro porque este 1% no gasta más por tener más dinero del que tiene.
Las críticas desde el partido demócrata y think tank de corte progresista no dejaron de llegar desde que el rotativo neoyorquino publicó esta intención de la Casa Blanca.
Los salarios de las clases medias y bajas apenas han percibido los recortes fiscales aprobados en diciembre y un informe de National Employment Law Project (NELP) y The Roosevelt Institute, revela que desde 2015 a 2017 las empresas han usado casi el 60% de sus ganancias netas en recomprar sus acciones.
Según este estudio McDonald’s podría haber pagado a sus 1.9 millones de trabajadores casi $4,000 más al año si hubiera dedicado el dinero de las recompras a compensar a sus trabajadores.
En el caso de Starbucks los empleados podrían haber recibido $7,000 más anuales y en el caso de Lowes, CVS, y Home Depot con el dinero que actualmente dedican a sus acciones podrían haber dado subidas salariales de $18,000 al año. Esto “cuestiona la idea de que las corporaciones no pueden permitirse pagar más a sus empleados”, aclaran las autoras de este estudio.