Rodearse de gente positiva, despertar al león que se lleva adentro –que permite obtener logros que causan asombro– y tener el coraje de dejar el confort para que se abran las puertas de las oportunidades han sido tres de las claves que han marcado la vida de Carla Pérez, la primera mujer ecuatoriana que escaló el Everest, la montaña más alta del mundo.
La quiteña soñó por más de 10 años con llegar a la cima del Everest, con 8.848 metros de altura y ubicado entre China y Nepal; un sitio que tiene entre las dificultades no solo la altura, sino también las temperaturas gélidas que van de -20°C a -70 °C, dependiendo de la época del año.
Ante 1000 espectadores
La deportista de 44 años contó su historia ante unos 1.000 espectadores en el congreso Inspira 2018, que se desarrolló en el Teatro Sánchez Aguilar, organizado por la productora nacional Levector.
Desde su infancia le entusiasmaban las montañas, y en su niñez tuvo sus primeros acercamientos. En su adolescencia empezó a estudiar sobre las montañas, aprendió técnicas para escalar a los 13 años, ya en su juventud empezó a escalar varias elevaciones del país.
Decidió dedicarse al montañismo pese a ser un deporte con riesgos y que pocas mujeres se atreven a practicar.
En el primer intento de escalar la cima del Everest, en el 2013, desistió de su meta a solo 300 metros, por la falta de oxígeno y cansancio extremo.
Sentía profunda frustración por lo ocurrido, luego vivió una etapa de duelo emocional para superar el dolor de esa etapa de su vida, comentó que debió buscar ayuda y rodearse de gente que la ayudó a levantar el ánimo.
Después de tres años, en el 2016, regresó para flamear la bandera de Ecuador en la cima del Everest. Fueron diez días de ida hacia ese sitio y la misma cantidad del tiempo para el regreso. “Dejé mi trabajo, todo por cumplir mi sueño. Me importa hacer lo que amo, no importa cómo si lo disfruto, una debe tener una voluntad inquebrantable y seguir en sus objetivos”, expresó ante los asombrados asistentes.
Reflexionó también sobre lo importante que es dominar el ego cuando se ha obtenido una meta. “Bajar implica humildad”, dijo y agregó que no se puede quedar en una victoria alcanzada, hay que seguir creando nuevos proyectos y objetivos.
“Me gustó mucho, aquí en Ecuador tienen todo y no lo valoran, detalles así llevan a sacar a la luz al país”, dijo Lea Racca, una joven francesa que asistió al evento.
En el evento también estuvo Tim Don, deportista británico que ha obtenido medallas de oro y récords a nivel mundial. Ha sido cuatro veces campeón mundial ITU (en triatlón y duatlón) y vencedor de la Copa Mundial ITU.
El triatlón consiste en realizar 3 disciplinas deportivas: natación, ciclismo y carrera a pie, en orden y sin interrupción.
Desde 1992, que fue el año de su primer triatlón olímpico, ha viajado por el mundo para participar en competencias, ese es su trabajo.