Los Angeles.- Después de vivir 13 años como indocumentado, Ángel Galicia viajó a El Salvador para la entrevista por su residencia permanente en la embajada de Estados Unidos en ese país. Pero el sueño largamente anhelado se derrumbó cuando se la negaron y no pudo regresar a Estados Unidos.
“Sentí que el cielo se me vino encima. Me sentí completamente destruido. ¡De la patada!”, dice Galicia a La Opinión a través de una llamada telefónica desde El Salvador.
Su esposa Beatriz nació en Estados Unidos y solicitó la residencia permanente para su esposo, a quien acompañó a El Salvador para su cita con Migracion. Sin embargo, ella regresó a su casa en Bell Gardens después de que a Galicia no le autorizaron la residencia.
La pareja lejos estaban de imaginar que una tragedia más llegaría a su vidas. El 2 de abril, su casa en Bell Gardens prendió en llamas. Beatriz sobrevivió, pero su madre murió atrapada en el siniestro.
La negativa para darle la residencia permanente a Galicia fue el 23 de febrero, justo el día que él y su esposa cumplían cinco años de casados. “Ha sido nuestro aniversario de bodas más triste”, dice ella. “Los dos estábamos en shock”.
Doble tragedia a esta familia
Beatriz y su esposo Ángel Galicia viven una doble tragedia debido a que a a él, las autoridades de migración no lo dejaron regresar a los Estados Unidos y le negaron la residencia en El Salvador, mientras que por otro lado su casa en Bell Gardens se incendió. Ella se salvó pero su madre murió atrapada en el siniestro. Foto: Aurelia Ventura/La Opinion
El incendio
En la madrugada del lunes 2 de abril, un día después del Domingo de Pascua, la casa en la ciudad de Bell Gardens donde Beatriz vivía con su esposo, su madre y dos sobrinos, se incendió.
Beatriz y su sobrina lograron escapar de las llamas que irrumpieron en su hogar alrededor de las 4:00 de la mañana pero su madre, María Eugenia Paz Franco, una inmigrante guatemalteca de 61 años, murió atrapada en el incendio.
“La noche anterior mi sobrina me había dicho que si podía dormir conmigo en mi recámara. Mi madre me dio un abrazo. Me dio las buenas noches y se fue a su cuarto”, recuerda.
Beatriz Galicia muestra la foto de su madre María Eugenia quien murió cuando se incendió su casa en Bell Gardens el 2 de abril. Beatriz Galicia logró escapar del siniestro. Foto: Aurelia Ventura/La Opinion
En la madrugada, la despertó el ruido de las ventanas que estallaban. “No recuerdo bien los detalles. Abrí la puerta para ver qué pasaba pero no se podía ver, la casa estaba llena de humo y fuego”, narra.
“Con las manos, mi sobrina quebró la ventana y escapamos. Cuando salimos, traté de volver a entrar para salvar a mi madre pero no pudimos. Estaba todo envuelto en llamas”, dice Beatriz sin poder contener el llanto.
“Mi esposo piensa que si él hubiera estado aquí, mi madre no hubiera muerto”, cuenta.
Aún no saben la causa que propició el siniestro que cobró la vida de su madre y en la que perdieron todos sus bienes materiales. “También murió mi perrita”, dice desconsolada.
Su madre fue sepultada el 19 de abril. Lograron enterrarla después de hacer una colecta pública en el sitio GoFundMe que les permitió pagar los gastos de la funeraria y el cementerio.
“Mi madre era una mujer fuerte, alegre, muy noble, muy bondadosa que le gustaba ayudar a los demás. Adoptó a mis dos sobrinos. Era la cabeza de la familia. Ella sola sacó adelante a sus cinco hijos. Vino de Guatemala con tres hijos y aquí nos tuvo a dos más”, cuenta.
“Un día antes de que muriera, el Domingo de Pascua, toda la familia nos juntamos a celebrar en la casa que se incendió. Estaba bien contenta. Nomás le faltaba mi esposo que está en El Salvador. Ella lo quería como un hijo”, añade Beatriz con la voz adolorida.
Problemas migratorios
Galicia nunca espero que en la entrevista que tuvo en las oficinas de USCIS en El Salvador le fueran a negar la residencia. “Lo que sucedió fue que en 2001 cuando yo vivía allá, solicité una visa de turista para venir a Estados Unidos. Pero las personas que contraté para el llenado de la solicitud alteraron mis ingresos. Yo pensé que ellas sabían lo que hacían. Las autoridades de migración se dieron cuenta y me negaron la visa de turista”, relata el salvadoreño.
Tres años y medio después, Galicia vino indocumentado a Estados Unidos. Hace siete años conoció a Beatriz, una ciudadana estadounidense, y hace cinco años se casaron. Ella solicitó la residencia para su esposo.
“Nunca imaginé lo que iba a suceder. No pensé que el incidente con la visa de turista permaneciera aún en los archivos de Migración y fuera a ser un factor determinante para negarme la residencia”, dice Galicia.
Admite que la separación de su esposa ha sido muy dolorosa. Pero la inesperada muerte de su suegra fue todavía un golpe aún más demoledor.
“Yo acá en El Salvador me siento desesperado. Mi esposa se ha quedado sin casa y yo sin poder hacer nada para ayudarla y consolarla”, se lamenta.
Dice que la vida en El Salvador ha sido muy difícil. “Laboralmente la situación está malísima. Si tienes más de 30 años nadie te quiere contratar. Yo tengo 37 años”, dice.
A la mala economía se le agrega la delincuencia. “Uno no puede decir que viene de Estados Unidos porque es ponerse en riesgo. Traer a mi esposa para acá no es una opción. Sería como tirarla al desierto. Ella nació y ha vivido toda su vida en ese país”, dice.
Pese a las desgracias que se le han presentado este año, Galicia dice que su prioridad es reunirse con su esposa en Estados Unidos. “Quiero estar allá con ella. Los dos somos un equipo y juntos los problemas se hacen menos”, expresa.
Remarca que ellos no son gente mala. “Estábamos empezando un negocio de seguridad por nuestra cuenta. El año pasado pagamos más de $28,000 dólares en impuestos. Y estaba por abrir un negocio de grúas. Somos gente emprendedora, de lucha. Cometí un error por confiar en una persona que me llenó mi solicitud para la visa de turista pero merezco una oportunidad de regresar a los Estados Unidos y reunirme con mi esposa”, dice.
Van por otro perdón
El abogado en migración Alex Gálvez dice que cuando Galicia viajó a El Salvador ya le habían otorgado el perdón provisional por su entrada ilegal al país y por permanecer indocumentado por más de un año.
“En la entrevista revisaron todo su historial y se dieron cuenta que sus ingresos fueron alterados cuando solicitó una visa de turista que le negaron”, explica.
“Lo que vamos a hacer ahora es solicitar otro perdón por mala representación o distorsión. Conseguirlo se puede tomar entre seis y ocho meses. Pero hay un alta probabilidad de que lo aprueben basado en que ya le autorizaron el primer perdón“, detalla.
Gálvez hace ver que el siniestro en la casa de Galicia en el que murió la madre de su esposa, y en donde ella misma pudo haber perdido la vida, puede ayudar en el caso.
“Vamos a pedir al congresista que les corresponda a ellos su intervención para que el proceso del perdón se pueda hacer más rápido”, expone.
El abogado comenta que si la esposa hubiera fallecido en el incendio, el caso de Galicia hubiera muerto y no habría podido arreglar su residencia.
“La moraleja de este caso es que cualquier trámite que se haga ante migración, revisen la solicitud en detalle antes de enviarla y guarden una copia.
Este caso nos enseña que Migración está revisando los procesos hechos en el pasado, hasta más de 10 años atrás, en busca de errores para frenar una residencia”, señala.