Los soñadores, aunque no querían el cierre del gobierno, esperaban que los demócratas no cedieran hasta incluir el Dream Act en las negociaciones sobre el presupuesto. Sin embargo, dicen, al final se acobardaron y terminaron cediendo a las presiones de los republicanos.
La votación del lunes en el Senado estadounidense, que abrió las puertas para que el Congreso ponga fin al cierre del gobierno, dejó heridas que, quizás, tomen tiempo en cicatrizar.
Luego de tres días de intensas negociaciones y, cuando todo indicaba que las diferencias continuarían por tiempo indefinido, la bancada demócrata aceptó las condiciones del liderazgo republicano y, con 33 votos que se sumaron a 47 republicanos, respaldaron un proyecto de ley para abrir el gobierno temporalmente hasta el 8 de febrero.
“Nosotros los dreamers y todos los grupos que apoyan esta causa (legalizar a los cerca de 800,000 beneficiarios de DACA y conseguir ampliar beneficios para otros indocumentados), estamos muy molestos por ese voto, porque los demócratas no dieron la batalla”, dijo Juan Manuel Guzmán, director de comunicaciones de United We Dream (UWD).
Guzmán afirmó además que los demócratas “no supieron enfrentarse a los republicanos. Muchos de ellos tenían mucho miedo. Parpadearon, porque la mayoría de los que votaron a favor, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, teme no ser reelecto si apoya una solución permanente para los dreamers”.
“No vamos a tirar la toalla”
En similares términos reaccionó la activista Erika Andiola: “Nos sentimos traicionados por (el senador demócrata por Nueva York, Charles) Schumer”. Además, recordó que en 2010 los demócratas, en los dos primeros años del gobierno de Barack Obama, “tenían la mayoría en el Senado y la Cámara de Representantes y aun así el Dream Act no pudo pasar”.
Durante su campaña, Obama prometió una reforma migratoria para legalizar a la mayoría de los 11 millones de indocumentados en el primer año de su gobierno, pero los debates de las guerras en Irak y Afganistán, la crisis económica y la reforma de salud postergaron la discusión migratoria.
En las elecciones de medio término del primer martes de noviembre de 2010, los republicanos tomaron el Control de la Cámara de Representantes y desde entonces se han negado a aprobar cualquier tipo de beneficio para los inmigrantes indocumentados.
“Los demócratas habían dado un paso importante, con una valentía increíble en decir que no iban a votar por esto a menos que el Dream Act fuera incluido. Nos sentíamos orgullosos de ellos, pero tan pronto como Mitch McConnell (el líder de la mayoría republicana) les dijo que se comprometía a debatir el tema en el futuro, se dieron por vencidos”, agregó.
“Es difícil creerle a McConnell”, añadió Andiola, quien durante la última campaña presidencial desempeñó el cargo de directora de medios hispanos del equipo del senador demócrata Bernnie Sanders. “Porque no dio garantías de que vaya a cumplir su palabra”, subrayó.
La activista dijo además que “a pesar de la incertidumbre, no vamos a tirar la toalla. Sabemos que dentro de la Casa Blanca hay voces que no quieren que esto pase, estamos conscientes y seguiremos avanzando. Hemos creado un movimiento que está empujando duro y no lo vamos a soltar”.
En cuanto al respaldo demócrata a la causa de los dreamers, Andiola acusó a la oposición de aprovecharse de la situación de los dreamers. «Prometen a nuestra comunidad y siempre usan nuestras historias. Usan el Dream Cream Act para poder atraer a muchos en estados donde nos necesitan. Es decepcionante cuando tienen una oportunidad tan grande como la que tuvieron entre el viernes y el lunes, y al primer susto se olvidan de los soñadores”, indicó.
“Nos mantenemos firmes”
Guzmán también criticó “lo fácil que se rindieron los demócratas” en la discusión sobre el presupuesto y la reapertura del gobierno, dejando de lado el tema de los dreamers.
Y advirtió que el movimiento dreamer “no le tiene confianza a McConnell, porque ha hecho una promesa sin garantías. Y ya ha hecho lo mismo varias veces”.
El dirigente también mostró su incredulidad ante un acuerdo inmediato ya que en estos momentos “no hay ninguna garantía de que lo que apruebe el Senado vaya a ser votado por la Cámara de Representantes, sobre todo porque han dejado claro que no tienen interés en hacerlo”.
De todas maneras, mostró su disposición a seguir batallando por una solución. «Nosotros no vamos a permitir que ataquen a nuestras familias. Sabemos las intenciones de algunos republicanos que quieren acelerar las deportaciones y separar a las familias. Sin embargo, hay que dejar en claro que todavía tenemos esperanza, la guerra no se ha perdido. Solo hemos perdido una batalla”, indicó.
“En los próximos días vamos a continuar con la presión para tener una solución permanente para los jóvenes indocumentados y que no ataquen a nuestras familias”, puntualizó Guzmán. “El Dream Act es nuestro horizonte y vamos a luchar hasta que consigamos un estatus legal permanente en Estados Unidos y se aleje el fantasma de la deportación de nuestra comunidad”, concluyó.
La oficina del senador Schumer dijo que la decisión de respaldar el proyecto de ley para reabrir el gobierno el lunes «fue tomado por la mayoría de la bancada», sin dar más detalles sobre cómo se abordarán las prometidas negociaciones.