Las medidas antiinmigrantes del presidente Donald Trump y dedicadas más hacia los de Centroamérica y el Caribe que viven en territorio estadounidense, cayó como un balde de agua fría, aunque se pensaba que esta mojada no iba a empapar tanto las aspiraciones de nicaragüenses, que deseaban un trato igual o por lo menos equitativo, pero que culmina en dejar en suspenso, hasta este momento, al resto de centroamericanos y caribeños, cuya medida ejecutiva ya un juez federal la está considerando anticonstitucional ante el pedido de mas de 16 estados federales de la Union Americana, y eso es ya un respiro para quienes están en la guillotina del inquilino de la Casa Blanca .
Deportar a quienes ya han hecho una historia desde que nacieron en este país y que a sus padres solo les queda un recuerdo obsesionado del país de origen, es como enviarlos a una muerte segura, porque ellos serían presa de cañón en un sistema de gobierno que no le daría seguridad pública, suficiente educación, sostenimiento económico, salud, y especialmente garantías para vivir en un país al que regresan como extranjeros y víctimas de todo grupo antisocial, ante el solo hecho de que sus caras no son familiares dentro de su vecindario, lo que significaría caer en manos de criminales de oficio.
Aplicar una deportación masiva a mas de 413 mil beneficiarios con el TPS, sin considerar a los cerca de los 800 mil Dreamers (soñadores), estaríamos considerando que más de 3 mil cien millones de dólares son los que representan los contribuyentes al IRS y mas de 6 mil novecientos millones de dólares, dejarían de aportar el Medicare; es decir, que esta capa social de inmigrantes indocumentados representaría para el Fisco de los EE.UU.una pérdida que los congresistas demócratas y republicanos tendrían que evaluar, para no dejar pasar la fobia presidencial del presidente Trump, que quiere cumplir una promesa de campaña la misma que a estas alturas está perdiendo terreno desde su misma bancada política.
Pretender el presidente Trump salir de una fuente de contribución económica de los inmigrantes indocumentados en este país, es como tapar con un solo dedo el Sol que nos ilumina.Las cifras de estos inmigrantes no están hechas por cálculos imaginarios, están reflejadas dentro del sistema de la Oficina de Inmigración y Aduanas(ICE),que sabe fehacientemente cuándo, dónde y cómo viven los que son beneficiarios con el TPS,y así mismo los Dreamers, que también aportan a la economía estadounidense; considerando además, que estos soñadores tampoco son carga a la economía Federal, porque muchos de ellos ya son profesionales y los que no lo son, mientras estudian, trabajan para seguir contribuyendo con impuestos al IRS.
El gobierno estadounidense debe tomar una pausa, para entender que estos miles de centroamericanos y caribeños se han vuelto indispensables como pilares de esta nación.Tampoco desconocer la importancia de la presencia migratoria de mexicanos, que es la mayoría como población inmigrante hispana en territorio americano, cuya aportación social, cultural y económica es de gran magnitud, que la hace ubicarse en mayor aportación económica en EE.UU.
Los próximos días para todos los amparados en el TPS que no se ha resuelto su situación migratoria y Dreamers, serán de mucha incertidumbre comunitaria, por lo que urge que los que luchan y hablan por ellos, continúen con los cabildeos ante los congresistas en Washington, así como manejar estrategias de comunicación con firmas ante los representantes estatales, a fin de presionarlos para obtener mejores resultados que beneficien a miles de familias que sueñan y otras que viven con temor y miedo a que sus hijos queden solos.Esta es una sacrificada tarea con la que hay que seguir para no dejar abandonada una lucha que en otros años ha sido victoriosa para la comunidad inmigrante indocumentada.
La actualidad en cuanto a las medidas tomadas por el inquilino de la Casa Blanca y relacionadas a lo último que se ha propuesto hacer contra la inmigración de ciudadanos de países de Centroamérica y El Caribe, se le presentó un freno al jinete” gringo “ que se lo ha puesto un juez federal, lo que significa que el galope del jinete sigue bajando su carrera de velocidad Esta normativa jurídica, de aplicarse conforme a derecho constitucional, dejaría al final a un inquilino sin apoyo ciudadano y de coidiarios de su partido; considerando que el próximo año se vienen elecciones congresionales pero que ya la carrera del jinete comenzó a perder velocidad desde las últimas elecciones de noviembre 4, 2017, las mismas que reflejaron pérdida de gobernaciones de dominio republicano, lo que puede incidir en las próximas elecciones del 2018, con riesgos a perder no únicamente el Senado sino la Cámara de Representantes.