Washington.- El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informó que a partir del próximo mes recabará información de redes sociales de todos los inmigrantes en el país, incluyendo residentes permanentes y ciudadanos naturalizados.
DHS publicó la semana pasada un acta relacionada sobre la privacidad de datos que tiene derecho a revisar esa institución, en la que detalla planes para vigilar las redes sociales e información en Internet asociada con inmigrantes que viven en Estados Unidos.
Esta nueva medida entra en vigor el 18 de octubre, sin embargo, no se conocen muchos detalles sobre el monitoreo. DHS y el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) no respondieron ayer a peticiones de información por parte de El Diario de El Paso.
De inmediato, el anuncio generó críticas de organizaciones como el Instituto Fronterizo Esperanza en El Paso (HOPE) y la Unión de Libertades Civiles (ACLU) para Texas y Nuevo México.
Dichas organizaciones pro inmigrantes consideran la medida ‘invasiva’ y un agresivo ‘ataque a los inmigrantes’ por parte del Gobierno del presidente Trump.
La medida también plantea entre los activistas “preocupaciones sobre privacidad y libertad de expresión” de la comunidad inmigrante; algunos hablan ya de interponer demandas judiciales por violación a derechos civiles y constitucionales.
El director de ACLU para Nuevo México, Peter Simonson, dijo que el enfoque de recolección de información a través de Internet es ineficaz para proteger la seguridad nacional y es un ejemplo más de la agenda antiinmigrante de la administración Trump.
“Recolectar evidencia a través de las redes sociales para prevenir un ataque terrorista, violaciones y actividad criminal no ha funcionado en el país. El Departamento de Justicia lo ha hecho sin ningún efecto significativo”, dijo Simonson.
“Este aviso de la ley de privacidad deja claro que el Gobierno tiene la intención de conservar la información de las redes sociales de las personas que han migrado a este país, destacando a un grupo enorme de personas para mantener archivos sobre lo que dicen”, agregó.
Para Simonson, la medida tendrá un efecto ‘escalofriante’ en la libertad de expresión de los millones de inmigrantes que publican información diariamente en los medios de comunicación social.
La nueva política de la administración Trump no sólo permite a DHS recolectar información de las cuentas de Twitter, Instagram y Facebook de los inmigrantes, sino que también menciona ‘resultados de búsquedas’.
Hasta el momento no es claro si esto significa que la agencia accederá a historiales de búsquedas de Google, por ejemplo. Tampoco se sabe cómo se obtendrán estos datos de redes sociales e Internet.
El director ejecutivo de HOPE, Dylan Corbett, dijo que el plan es una preocupante invasión de la privacidad y es otra estrategia del Gobierno federal para perseguir y criminalizar a la comunidad inmigrante.
“Vemos esto como parte de un proceso más amplio de vigilancia de alta tecnología de los inmigrantes y más y más personas sujetas al escrutinio de las redes sociales”, dijo Corbett.
“Esta política de recolección de información se ha visto desde el 9/11. Sin embargo, los esfuerzos de incrementar la seguridad de nuestro país a través de estas estrategias no ha funcionado. No es una buena política. Esta es otra tendencia infundada en la creencia de que las redes sociales ayudarán al Gobierno a detener ataques terroristas”, añadió el director de HOPE.
Según Simonson, la nueva medida afectará también a todos los ciudadanos que se comunican con los inmigrantes, y podría dar pie a la autocensura por temor a que la información que intercambien con alguien en el extranjero podría ser malinterpretada y usada en su contra.
Es muy difícil usar con éxito las redes sociales para determinar lo que las personas van a hacer y para este propósito se desperdiciarán millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses, dijo Simonson.
Hay muchas formas de usar herramientas de comunicación, y en redes sociales no siempre es claro lo que las personas quieren decir, o sea, que comentarios sin malicia pueden ser malinterpretados, añadió.