Nueva York.- Cuando Carlos Beltrán recibió el ofrecimiento del dueño de los Astros de Houston de facilitarle dos aviones para llevar suministros a Puerto Rico y sacar a pacientes con cáncer tras el huracán María, el toletero inmediatamente pensó en «el chat».
Quería alertar a otros peloteros y coaches puertorriqueños de los Astros y otros equipos de las Grandes Ligas de que uno de los aviones estaba a disposición si querían trasladar a familiares a Estados Unidos ante la falta de vuelos comerciales.
Beltrán se refería al grupo de contactos en la aplicación WhatsApp que el receptor Yadier Molina concibió previo al último Clásico Mundial de Béisbol.
«Nos mantenemos siempre en contracto y siempre nos estamos apoyando pese a que nos vamos a enfrentar durante la temporada», dijo Beltrán. «El que estés en otro equipo no significa que al final del día yo no me enorgullezca de ver a otros boricuas teniendo éxito. Este ha sido un año bonito porque muchos han tenido excelentes temporadas, pero también ha sido para unirnos por la tragedia».
La comunión del grupo se ha fortalecido tras el paso del huracán en la isla el 20 de septiembre. La devastadora tormenta mató a por lo menos 48 personas, dejando a millones sin electricidad, agua potable ni servicio telefónico. Se estima que la reconstrucción podría tomar meses.
«Con lo que está pasando en la isla, estamos más unidos que nunca», indicó Báez, segunda base de los Cachorros. «Después del Clásico, no se perdió la comunicación. Hay muchísimos que somos cercanos, como hermanos. Nos escribimos y nos decimos las cosas que uno necesita».
Fue lo que hizo Beltrán tras el huracán al recaudar 1,3 millones de dólares para enviar 300.000 libras de suministros a Puerto Rico. Pero tenía que hacer llegar esa ayuda, y fue ahí donde apareció el propietario de los Astros Jim Crane con los dos aviones privados.
«Una generosidad sin límites», destacó Beltrán.