La actualidad política de la Ciudad Reina de Charlotte, dio un giro repentino en las Elecciones Primarias, igual que los “soñadores” amparados por DACA, soñaban en una cama vacía mientras dormían y que al remezón presidencial despertaron de sus sueños con una horrible pesadilla.
El partido Demócrata liderado por una alcaldesa duró menos de los dos años, para sostenerla en su cargo; así lo determinó el momento de la nominación entre candidatos de este partido político el día en que se celebraron las Elecciones Primarias en Charlotte, con un resultado que deja un nuevo rostro en la nominación para la Alcaldía de esta ciudad.
Analizar los pormenores el por qué no fueron suficientes los votos para una reelección mediante el proceso de nominación, es sumamente crítico pensar en un comportamiento adecuado para un segundo periodo, porque este obedece a una secuencia en el mal comportamiento ciudadano que se dieron durante manifestaciones, y que obviamente, estos actos recayeron en la administradora del bien público como primera autoridad de la ciudad.
Lo medular, ahora, es que el partido Demócrata, mantenga su liderato sea cual fuese la persona que ocupe la Alcaldía de Charlotte. Esto comprende, que las bases de este partido permanezcan unidas bajo un mismo parámetro de liderazgo, y que imperiosa y forzosamente hay que reconocer que a nivel estatal ese líder está configurado en en la gobernación de Carolina del Norte, con el que, si el partido Demócrata sostiene los sillones, no dejaría lugar para los republicanos, en consideración que la figura polémica del gobierno federal, haría todo lo posible para que haya un cambio en la política de Carolina del Norte, para un dominio amplísimo republicano.
Hay muchas interrogativas que plantea la comunidad, en cuanto a la nueva persona nominada a ocupar el sillón que deja Roberts. La ciudad estaría completamente convencida que entre los candidatos demócrata y republicano, harían su trabajo como lo demanda la comunidad?. Hasta qué diámetro se medirían sus capacidades para resolver los problemas de educación, seguridad pública, vivienda, transportación, economía en la inversión privada y muchos otros aspectos de interés comunitario?. Estas son, entre otras, algunas de las preguntas que merecen sean respondidas con responsabilidad ciudadana y no política, como siempre hemos planteado con sujeción estrictamente de interés en la comunidad.
Un acápite aparte, es la importancia que tiene la comunidad de habla hispana en nuestra ciudad, en la relación que tendría con el nuevo alcalde o alcaldesa de Charlotte; porque durante el periodo municipal de la actual alcaldesa, ella desplegó, como jamás se haya vivido en la hispanidad, los múltiples reconocimientos a las comunidades inmigrantes latinas, las mismas que guardan esta especial consideración con la alcaldesa Roberts; porque, además, con su acercamiento hacia las organizaciones e instituciones sociales y culturales, se dejó establecida una excelente relación entre la Alcaldía y la comunidad hispana/latina, con la cual él o la que ocupe el lugar de Jennifer Roberts, puede establecer esta relación comunitaria con nuestra población, bajo los mismos o mejores lineamientos como autoridad, en los que consideraríamos sea la más saludable dentro de concretas expectativas.
La alcaldesa Roberts, deja un gran vacío en los hispanos/latinos, porque sus atenciones fueron demostradas más allá de su protocolo como autoridad. Nadie puede negar de su sencillez y humildad; pero es posible, a lo mejor, que hubieron errores dentro de su mandato, pero podemos atrevernos a pensar que tales no llegaron a configurarse como abuso de autoridad ni mucho menos de irresponsabilidad. Sin embargo, de su actuación política, la sabremos juzgar hasta el último día de su mandato como alcaldesa de Charlotte, que deja más cosas buenas que malas; especialmente, con la amabilidad que demostró a toda la hispanidad, antes, durante y un después de ser alcaldesa de la Ciudad Reina de Charlotte.
Sin embargo, para cualquiera de las dos personas, hoy nominadas hacia la candidatura de la Alcaldía de Charlotte, estas tendrían que estar comprometidas con los grandes intereses de esta ciudad; reafirmando una vocación de servicio y esforzándose para que los ciudadanos en Charlotte/Mecklenburg, se mantenga la buena imagen de ciudad amigable, receptiva, integracionista y especialmente que siga siendo el mejor destino para que vivan familias de cualquier latitud del mundo, en la Ciudad Reina de Charlotte, en Carolina del Norte.