El nuevo gobierno del presidente Donald Trump,desde su inicio, en materia migratoria, despegó un vuelo sin pista de aterrizaje, porque ésta no le permitió llegar a tierra y su vuelo aún está en el aire con una tripulación de agentes de Inmigración que no alcanzan a mirar la realidad de los inmigrantes que son parte fundamental del desarrollo socioeconómico de los Estados Unidos de América.
Dentro de ese componente migratorio están miles de soñadores que fueron favorecidos con la decisión del ex-presidente Barack Obama, mediante un memorando del 15 de junio de 2012, que les dio a miles de ‘dreamers’ un estatus para que puedan estudiar y trabajar en este país, mismo que faculta, además, que las familias de éstos soñadores, puedan pagar sus estudios y sostener cargas familiares,con el atenuante de que, éstos miles de soñadores al trabajar, estarían como están aportando a la economía estadounidense mediante el pago de impuestos al IRS.
Sin embargo, la actualidad migratoria en estos momentos está incierta, porque el presidente Trump quiere hacer desaparecer a DACA, tal como lo hizo ya con DAPA; configurándose de esta manera una nueva batalla judicial que contiene una maniobra como la realizada con la Acción Diferida para Padres de Estadounidenses en 2015 y que fue detenida por un juez de Texas.
A nuestro criterio, nada mas alentador y beneficioso para el sistema social y económico de los Estados Unidos,es crear un sentido administrativo de equidad con justicia migratoria, en la que se aplique disposiciones constitucionales, que permitan mantener a la familia unida y no separarlas por decretos ejecutivos de la Casa Blanca, para que no se elimine a DACA ni gradual, temporal o definitivamente, ya que ese no es el espíritu de la ley universal y que es anexa a la Constitución Estadounidense.
Dejar de existir la Acción Diferida para los llegados en la Infancia [DACA] en prescindir de más de 800 mil jóvenes que ya están inmersos al sistema de vida de este país, aportando cada día con su cultura y creando con su talento sistemas de desarrollo, que en estos momentos de globalización el mismo Estado Americano los tiene que acoger como parte de su mismo sistema americanista. Es posible que la conducta del presidente Trump no esté asociada a los nuevos tiempos, en donde la humanidad tiene que vivir con componentes de diversidad intelectual, porque esta es una nueva Era para la humanidad, en donde ya caminamos a pensar a vivir en el espacio del Universo, lo que se puede definir como que primero tenemos que vivir mejor en la Tierra antes que en las galaxias.
Estas circunstancias por las que atraviesan los soñadores y que en su mayoría son de origen hispano, tendrá resultados muy desfavorables para un mandato presidencial desde la Casa Blanca, porque al lesionarse intereses sociales, se está violando derechos constitucionales para una población de inmigrantes que no son ni han sido un peso económico ni social para los EE.UU.; al contrario, esta presencia de soñadores al igual que los que ya dejaron de soñar, seguirá siendo una fuerza general como la que han demostrado aquellos que defendieron el territorio estadounidense durante años de guerra y de esos, hay raíces que están en la historia nacional estadounidense; y, en sus memorias se recuerdan desde el cementerio de Arlington, en Virginia, como homenaje al Soldado Desconocido,cuando ellos también fueron soñadores del sueño americano.
Las presiones jurídicas de jueces que emiten criterios nada alentadores para más de 800 mil jóvenes soñadores, no pueden desviar una naturaleza migratoria que no está infringiendo la ley por ningún lado, porque su presencia obedece a circunstancias de carácter humano, ante la inseguridad social que existe en los países desde donde son originarios los soñadores y sus padres, lo que permite apreciar con sentido jurídico de jueces que recomiendan al Ejecutivo para que detenga a DACA, es privarles a sus derechos constitucionales que les fueron concedidos por el ex-presidente Obama, en un hecho que dejó un poco de tranquilidad y respiro a los soñadores.