Transcurrieron los ocho años del gobierno del ex presidente Barack Obama, en los cuales el mas destacado logro de su política, fue el de darle al país el sostenimiento democrático que se sustenta en el fortalecimiento de su democracia con libertad de expresión y pensamiento, que hacen que la Union Americana, con todas sus imperfecciones sociales y políticas, sea un país de cumplimiento en sus leyes que terminan en garantías ciudadanas y en el goce de sus derechos.
El periodo presidencial de Barack Obama, está conceptuado y admitido favorablemente por una gran opinión nacional y mundial, como uno mas de los que hicieron un buen gobierno, porque dentro de sus aciertos y desaciertos no puso en peligro la institucionalidad en los EE.UU. y supo cuidar con respeto toda opinión contraria, así como escuchó las ideas tratando de que la sociedad estadounidense mantenga su seguridad ciudadana.
Es verdad, que se firmaron decretos ejecutivos que no lograron satisfacer las necesidades de inmigrantes indocumentados, pero hubo alivio migratorio en el estatus de (millones) de jóvenes soñadores, aunque quedaron otros sin cumplir sus sueños; así mismo, se deportaron como en ningún otro gobierno a 2.8 millones de indocumentados, que quizás fue el más grande desacierto de su gobierno en temas migratorio, porque de esa manera regresaron obligadamente indocumentados a sus países de origen, que no tenían antecedentes delictivos. Se obtuvo seguro médico a mas de 20 millones de personas que hoy cuentan con este servicio. La política internacional fue llevada con mucha cautela, porque el mandatario estadounidense tuvo la capacidad de obtener buenos resultados a través de la diplomacia de Estado.
Sin embargo, la actualidad de la nueva política del presidente Trump, es una retaliación obsesionada por destruir las soluciones sociales que firmó el presidente Obama, como una manera de justificar las ofertas de campaña que le prometió a sus votantes. La forma de haber despegado en su vehículo inmobiliario tanta e inconsulta velocidad, lo está ubicando a merced de jueces que le invalidan ya varios decretos ejecutivos; por lo tanto, el presidente Donald Trump, está construyendo su propio muro ante jueces del Poder Judicial, que le bloquean sus pretenciones.
Las formas como estamos presenciando el mandato del presidente Trump, no corresponde al deseo de quienes votaron y no lo hicieron por él, porque tratar de establecer caprichos personalistas pensando que una mayoría congresional lo tenga que satisfacer, estaría su mandato al filo de una guillotina política en su propio partido republicano; y además, le estaría dando un camino muy espinoso a sus simpatizantes que terminarían decepcionados y que no le darían otra oportunidad para gobernar.
Estas retaliaciones que aparecen en francas demostraciones realizadas en la actual administración de Trump, seguirán dividiendo al país, y esto es lo que el Ejecutivo no desea corregir, pese a las manifestaciones públicas en todo el país, protestando como jamás haya un presidente iniciando sus primeros 100 días de gobierno. Preocupa al mundo entero como sigue pensando y actuando el presidente Trump, porque no se trata de acostumbrarse a su forma de gobernar sino a la forma como desconoce la política estadounidense, frente a un experimentado mercado bursátil en bienes raíces que sí conoce el mandatario Donald Trump, a pesar de sus bancarrotas y la falta de transparencia en la declaración de sus impuestos al IRS, que se convertirá en un mito peor.