En los años 1991, la ciudad de Charlotte, contaba con una alcaldía republicana, año en el que habían pocas familias de origen hispano y que ya se notaba su presencia de residir en esta ciudad, que más tarde su población fue creciendo considerablemente entre administraciones republicana y demócrata, pero con más escala política republicana, que duró hasta el último mandato de Pat McCrory, que de paso fue una sola vez como gobernador del Estado de Carolina del Norte; particular muy sorprendente porque fue por siete ocasiones ininterrumpidas elegido alcalde de la ciudad de Charlotte.
Los alcaldes de Charlotte, en su mayoría administrativa, republicana, no han tenido mayormente un acercamiento de identificación con la comunidad hispana/latina, aunque solo McCrory, despertó un poco de interés, pero no como podíamos considerarlo un alcalde activo con la hispanidad en la ciudad de Charlotte/Mecklenburg, tomando en consideración que según el Censo del 2010, estableció que en Charlotte se incrementó la población hispana en un 35.2 por ciento, siendo el condado Mecklenburg el más grande en población.
Sin embargo, líderes, activistas, representantes y dueños de negocios, crecían en todas sus expectativas de desarrollo social, económico y cultural, pero se sentían sin respaldo de la primera autoridad de la ciudad, pese a diferencias de interés comunitario dentro de las visiones que siempre nos separan en ciertos momentos sus ideologías políticas, pero siempre respetando el criterio o la forma de pensar de otras personas. Y es así que la comunidad hispana/latina, deseaba encontrar un acercamiento con el alcalde de la ciudad, para compartir y tener un desarrollo que identifique a nuestra población en toda su expresión cultural, pero unida a sus actividades y dentro de ésas, que el alcalde sea parte de nuestra comunidad hispana/latina, como única prueba de apoyo sincero a todos los sectores de origen hispano.
Los tiempos cambiaron para bien de nuestra población hispana/ latina, porque desde noviembre 3, 2015, llega una nueva autoridad municipal, con una sencillez y de manifiestos sinceros, expresando que entre otras responsabilidades como alcaldesa de la Ciudad Reina de Charlotte, tenía el deber de estar unida con la hispanidad, para atenderla con prioridad, la misma que se inició a dos días después de su elección, con una reunión entre dueños de negocios y representantes de instituciones de Charlotte/ Mecklenburg, cuyo primer paso ya la acreditaba para demostrarle a la comunidad hispana que su promesa comenzaba a cumplirse.
Al margen de la política o ideología partidista, los valores hay que reconocerlos, porque vienen acompañados de una transparencia personal ciudadana, que amerita sean reconocidos; especialmente, cuando contienen sinceridad, dignidad y honor, como virtudes en los seres humanos, con todas sus imperfecciones, pero expresándose siempre que el honor es la identidad personal para creer en élla y para confiarle la administración del bien público de nuestra ciudad.
Esas y otras virtudes de buenos ejemplos que ha logrado mantener a la alcaldesa de Charlotte, Jennifer Walton-Roberts, la han hecho merecedora para que sea proclamada Personaje del Año 2016; proclamación que seguirá alineada a continuar brindándole a la hispanidad el mismo apoyo con el que inició su mandato como alcaldesa, y no perder su gran sentido de estar administrando bien la ciudad, con el alto grado de aceptación ciudadana, particularmente de la hispana/latina, que reconoce y valora a las personas e instituciones, cuando demuestran una correcta forma de gobernar y apoyan a los sectores sin ninguna preferencia partidista, en política.