sábado, noviembre 23, 2024

Oportunidad para Cuba

Casi por seis décadas, el pueblo cubano perdió su democracia y al suceder ésta, envió al exilio a miles de familias que huyeron de la Revolución Cubana implantada por el Comandante Fidel Castro, después de derrocar a Fulgencio Batista en el año 1959.

Aliado, Fidel Castro a la Unión Soviética, toma la ventaja de apoderarse de todos los bienes de los cubanos para luego convertir a este país en el único de tendencia comunista en el Hemisferio Occidental, pero sufriendo la reacción inmediata de los EE.UU., en un embargo que deja a Cuba, aislada hasta de su presencia en organismos internacionales, en los que se congelaron créditos por su cambio de sistema político, en el que hasta el día de hoy, se permite la presencia de un solo partido oficialista, que hasta el 25 de noviembre lo lideraba Fidel Castro, hoy, su hermano Raúl, quien asumió el poder desde 2008 hasta estos días.

Sin embargo, la actualidad política de Cuba, está implementada por idealismo marxista leninista, que se fragmentó y fracasó en la mayoría de países del mundo, pero que dejó huellas en naciones del Nuevo Continente Americano, y que por supuesto las impartió Fidel Castro, quien mas tarde se consolida como el dictador cubano más controversial del Siglo XX y comienzos del XXI, el que encontró adeptos de su doctrina marxistaleninista en países de El Caribe, Centro y Sudamérica, pero que están gradualmente esfumándose ante una fuerza democrática que avanzó sin detenerse.

Las relaciones diplomáticas que se rompieron desde 1959 entre Cuba y los EE.UU., han tenido graves consecuencias para el pueblo cubano. La cantidad de presos políticos, la incautación de bienes, la violación a los Derechos Humanos, la libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de culto o religión, entre otros, hicieron que Cuba, solo atienda dos bases elementales del pueblo cubano: salud y educación, que son con los que la Revolución Cubana, ha podido demostrarle al mismo Comandante Castro, hoy que descanse en Paz.

La visita presidencial de Barack Obama a Cuba, en el año 2014, hace que Raúl Castro, reconozca, que aunque no lo dijo al mundo, ya Cuba tenía como tiene los días contados de su fracasado sistema comunista, a quien no le queda más que cambiarlo para que haya elecciones bipartidista democráticas y no sucesión del poder al resto de su familia o partidarios.

Una normativa nueva en la política estadounidense puede cambiar, si tomamos muy en serio las predicciones del presidente electo Donald Trump, en cuanto a Cuba, porque él, no solo ha comprometido las promesas que hizo a los cubanos en su campaña sino porque Trump, quiere liquidar con decretos ejecutivos lo que hizo el presidente Obama con Cuba; es decir, que las reglas de juego cambiarían para Raúl Castro, porque con la muerte de su hermano Fidel, no podría gobernar a base de un símbolo de la Revolución Cubana, porque hay que agregar que lo que se haga en Cuba, trasciende mucho para países del resto de América Latina, en la que hay gobernantes de países del Mercosur, que están alineados a llevarle la contraria a los EE.UU., y que Donald Trump, después del 20 de enero 2017, la película en blanco y negro para Cuba, tendría que vérsela a colores en todo el escenario que proponga y decida el nuevo mandatario estadounidense; especialmente, si el giro, cuando llegue el momento del gobierno norteamericano, la inversión económica llegue a la Isla pero con cambios sociales y políticos en beneficio de los cubanos, en los que se entiende, primero, el regreso a su vida democrática porque con la muerte de Fidel Castro, Cuba tendría la oportunidad de cambiar su política e ir al sistema de la democracia participativa con partidos políticos que representen al pueblo cubano.

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