Los graves sucesos a consecuencia de una lamentable muerte de un ciudadano afroamericano, desbordaron la paz y tranquilidad en una parte de los residentes en la Ciudad Reina de Charlotte; a tal extremo que las autoridades han tomado control con la presencia obligada de la Guardia Nacional, para proteger los bienes públicos y privados en la ciudad.
No es menos cierto, que la pérdida de una vida no tiene reparo en la sagrada familia y es inaudito pensar que quitarle la vida intencionalmente o por error de autoridad, si este fuese el caso, se justifican los hechos, absolutamente, NO, porque perder la vida de un ser humano trae un vacío irreparable; y por esa misma verdad hay que encontrar el camino sabio que nos conduzca a vivir en paz con resignación. Sin embargo, esta resignación no está sujeta a conformarnos sutilmente si no a apelar a la justicia para que élla y solo élla imponga la sanción en el marco de la Ley.
Las autoridades de la Ciudad y el Estado, saben a profundidad lo acontecido; y además, conocen de este lamentable hecho, en el que podemos pensar que también lo sienten cientos de miles de personas de todos los grupos étnicos que viven en la Union Americana. Esta circunstancia humana no puede atravesar una linea de paz para ir hacia la violencia por la furia que nos ha provocado este lamentable hecho de muerte, porque las consecuencias son muy graves y dolorosas, ya que en ella perdemos todos, incluidos inocentes e indefensos cuando queremos hacer justicia por nuestras propias manos. Este es un país de leyes y a ella nos asiste el derecho constitucional para exigir justicia, pero no con la violencia porque ella trae mas violencia.
No es tiempo de comparar lo material con lo humano, pero es hora de pensar mejor en el bien común que nos compensa la paz de lo que hemos perdido. Seamos mas sabios para vivir en momentos difíciles que brinda el mundo, y esa sabiduría la tenemos si usamos el camino del diálogo como seres humanos racionales, pero la furia solo se une a la violencia a la que hay que rechazarla, porque una sociedad es sana si mantenemos la calma para ir al diálogo. “…es hora de pensar mejor en el bien común que nos compensa la paz de lo que hemos perdido.”