domingo, noviembre 24, 2024

A quién emplearemos en la Casa Blanca

La carrera presidencial hacia la Casa Blanca, está definida entre los únicos dos partidos tradicionales estadounidense, en los que esta vez, se enfrentan Hillary Clinton y Donald Trump, con un alto porcentaje de desaprobación, para ambos, que por primera vez sucede en la recta final, cuando ya las convenciones han terminado sus exhibiciones políticas, las que han dejado a una mayoría de indecisos para votar en las elecciones de noviembre 2016.

En un breve análisis de las postulaciones presidenciales, éstas nos dejan un mensaje controversial dentro de política nacional e internacional; por que mientras tanto el candidato republicano ha despertado a un león dormido éste no sabe a quién atacar primero. Sus deseos, ya no del león dormido, sino de su domador, son el de romper esquemas de leyes constitucionales, en las que peligrarían políticas de alto nivel internacional, como aquellas de los Tratados de Libre Comercio (NAFTA), en el que EE.UU. tiene a su tercer mayor socio comercial, México, y amenazas sin cálculos de efectos para liquidar a grupos islámicos, que traería controversias dentro de las FF.AA. de los Estados Unidos, entre otras ocurrencias que no mide consecuencias muy graves, dentro de una nación que su alto grado diplomático garantiza la paz de los pueblos de América y el mundo, con lo cual deja entrever una falta de capacidad y madurez política para gobernar el país mas poderoso del planeta.

Sin embargo, no todo tiene una perfección hacia la oponente de Trump, la ex-secretaria de Estado Hillary Clinton, por que ella a mas de tener y contar con una capacidad y experiencia en política interna y externa, guarda una compostura firme en sus decisiones. Tiene la absoluta personalidad de saber cuál es el papel de una presidencia para la Union Americana. Conoce mas cerca la situación social y política de los estadounidenses. Resulta mas confiable su mandato presidencial, por su mesura, y cuenta con la aceptación más acreditada de las FF.AA., para ser su Comandante en Jefe, a diferencia de lo que se confunde, el destino de una gran nación con el negocio muy rentable en marketing, de la linea de viviendas que solo existe una relación con un show de bellezas en los concursos tradicionales.

Los dos candidatos para llegar a la Casa blanca, son de absoluta propiedad del pueblo estadounidense en estas elecciones. Ellos están en subasta política y los votantes van a emplear a uno solo para que administre nuestra economía, resuelva nuestras necesidades sociales, cuide de nuestra seguridad nacional y vele por la paz de los pueblos en estos momentos difíciles.

La humanidad no tiene espacio para engaños, y quizás, podamos recordar las célebres palabras de Abraham Lincoln: “se puede engañar a una parte del pueblo todo el tiempo, y a todo el pueblo parte del tiempo; pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.

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