Una escultura de Oscar Romero, el arzobispo salvadoreño asesinado en 1980, llegó a su destino en Los Ángeles, California, tras recorrer desde El Salvador la ruta de los inmigrantes centroamericanos hacia EEUU.
“Monseñor Romero es pastor de pastores, voz de los que no tienen voz, y ha venido desde El Salvador caminando por donde caminan los migrantes”, dijo David Alvarado, obispo episcopal de la iglesia anglicana salvadoreña.
La estatua recorrió decenas de pueblos de El Salvador antes de iniciar hace 16 días un viaje rumbo a Estados Unidos, a bordo de un vehículo que realizó paradas en localidades de Guatemala y México.
“Nuestros hijos vienen buscando a sus padres, las mujeres vienen buscando a sus maridos”, indicó Alvarado.
“De El Salvador salen hasta 600 o 700 personas diarias, no todos llegan a esta tierra, muchos quedan en la tierra mexicana mutilados por el tren, mueren en el desierto, y necesitamos que los gobiernos vean la migración como un derecho”, agregó el religioso.
“El paso de la persona inmigrante”, nombre de la ruta de la imagen de Romero, fue organizada por el Consejo Romerista Intersectorial El Salvador (CRIES), y que después de estar alojada dos días en la catedral episcopal Saint Paul, en la ciudad de San Diego, hoy arribó a la iglesia Trinity, en el distrito de Hollywood.
La escultura en madera de Romero es obra del escultor Manuel Quizilapa, del pueblo salvadoreño de Izalco.
Raúl Mariona, portavoz de CRIES, lamentó en declaraciones a Efe la “campaña de satanización contra inmigrantes” en Estados Unidos, y afirmó que “nadie sale con la idea de ser malo en otro país”.
“No se migra por deporte, se migra por necesidad y por un mejor bienestar de nuestras familias”, explicó.
“No se migra por deporte, se migra por necesidad y por un mejor bienestar de nuestras familias”, explicó.
La figura de Romero fue recibida entre cánticos y aplausos en el templo episcopal.
“Es un gran honor recibir el icono de Monseñor Romero, que recorrió todas las montañas que recorremos los inmigrantes”, señaló la reverenda del templo Nancy Frausto.
La llegada de la figura del beato ayuda para no “olvidar el mensaje de paz y amor que Monseñor Romero le daba a la gente a través del evangelio”, concluyó.
El arzobispo Oscar Arnulfo Romero fue asesinado de un disparo el 24 de marzo de 1980 en el altar de la capilla Divina Providencia, en la capital San Salvador.
El Papa Francisco lo denominó beato el 23 de mayo de 2015 y sus seguidores y El Salvador, esperan a que la curia católica en el Vaticano lo declare santo.