Texas.- Patricia Magaly Véliz tiene una oportunidad para quedarse en Estados Unidos gracias a la presión que ejercen activistas en las cárceles para inmigrantes localizadas en el sur de Texas.
“Entré a Estados Unidos en julio de 2015. Vine huyendo de Guatemala por amenazas de muerte con mi hija que tenía 2 años”, dice a Univision Noticias vía teléfono desde el centro de detención Karnes City de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés). “Me arrestaron el pasado 11 de mayo en Carolina del Norte”.
Véliz es uno de los 31,994 migrantes centroamericanos, la mayoría niños, que han recibido una orden de deportación entre el 18 de julio de 2014 y el 26 de abril de 2016, de acuerdo con datos del Departamento de Justicia.
“Me dijeron que el juez había emitido la orden pero no me dijeron qué tenía que hacer en ese momento, de qué se trataba, ni cuándo tenía que salir del país. Nada. Por eso me fui a Carolina del Norte para seguir buscando cómo hacer mis papeles”, cuenta Véliz.
“Estaba en mi casa con mi hija, que ahora tiene 4 años, cuando llegaron los agentes de inmigración. Me arrestaron y nos enviaron aquí a Texas. Ahora me están ayudando para ver si me liberan y puedo quedarme. Yo no puedo volver a Jutiapa, en Guatemala, porque allá nos matan”.