Inevitablemente, los problemas de pareja provocan, además de trastornos emocionales y de toda índole, también dificultades financieras. Y con la mitad de los matrimonios terminando en divorcio, son muchos los que tienen que afrontar esa dura situación. Un estudio realizado en forma conjunta por la revista Worth y la firma de investigación de mercado Roper/Starch determinó que las disputas por el dinero son una de las principales causas de divorcio en las parejas americanas.
Un cóctel explosivo
Dado que las emociones y las finanzas son una mezcla explosiva, existe una serie de precauciones que se debe tomar para que las cosas no sean peor de lo que ya las hace una separación familiar. Una forma de preservar a los niños y sus intereses es transferir los bienes familiares a su nombre. Eso además puede poner los bienes a salvo. Y si no lo hace uno, es muy probable que sea un juez quien tome esa determinación.
Quemando el dinero
Un error muy común es liquidar los bienes familiares lo antes posible para dividir el dinero. Eso lleva a mucha gente por ejemplo a malvender la vivienda, sobre todo si el divorcio se produce en un momento en que el mercado inmobiliario está deprimido. Un modo muy efectivo de evitar que las diferencias suban de tono, es poniendo, con ayuda de los especialistas, una serie de cláusulas por escrito.
Todo por escrito
Un caso clásico es cuando la pareja que se separa posee acciones y no es el momento apropiado de venderlas porque su precio actual está muy bajo. De modo que hay que esperar, pero es allí donde surgen las complicaciones: una de las dos partes puede estar más apurada que la otra por hacerse del efectivo, o puede considerar a los dos meses que ya ha aguardado bastante. Pero si se estipula por escrito que se venderán a tal precio, o no más allá de tal fecha, la situación se descomprime. Otro punto fundamental a considerar es el tema impositivo. Dado que la situación impositiva de ambos se altera con el divorcio, es vital consultar a un especialista y asesorarse bien, ya que todo cambia: desde los formularios, hasta los mínimos no imponibles y las deducciones.
Cuidado con los gastos
Un elemento que muchas veces se pasa por alto en estas situaciones es el de los seguros. Con eso hay que tener mucho cuidado, ya que estos son contratos con plena validez legal. Lo antes que se pueda, entonces, habrá que acudir a la empresa aseguradora y realizar todos los cambios pertinentes. Los papás no deben delegarle sus funciones recomendándole que “cuide de su mamá”, y ambos deben evitar que estos hijos ocupen el lugar en su cama que debería ocupar su cónyuge, o que se conviertan en los papás de sus hermanos.