Indiana.- El senador Ted Cruz renunció el día de ayer a la candidatura republicana tras perder ante Donald Trump las primarias de Indiana, con lo que deja el camino despejado al magnate inmobiliario para lograr, en la convención del partido en julio, la nominación republicana a las elecciones presidenciales de noviembre. Queda en liza John Kasich, que apenas ha acumulado delegados pero que mantiene en pie su candidatura, según anunció su campaña.
El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, declaró a Trump el «presunto nominado» del partido, tal como se denomina en la jerga política a los aspirantes que serán los candidatos pero todavía no lo han conseguido matemáticamente. Priebus aparcó las rencillas pasadas e instó a arropar al multimillonario neyororquino: «Todos tenemos que unirnos y enfocarnos en derrotar a Hillary Clinton», escribió en su cuenta de Twitter tras la renuncia de Cruz.
El senador de Texas, que había ganado en nueve Estados y sumaba 565 delegados, había convertido Indiana en un objetivo central de su campaña. Teóricamente, le era un territorio propenso: una sólida base de votantes conservadores y religiosos (los republicanos han ganado allí nueve de las últimas 10 elecciones presidenciales).
Cruz es un conservador ortodoxo, afín al movimiento del Tea Party, y un ferviente defensor de los límites constitucionales y de la libertad religiosa. En las últimas semanas, la actitud beligerante de Trump, sin experiencia política y con una retórica insurgente, había llevado a Cruz a proyectar una imagen de gestor calmado y dialogante, alejada de su talante combativo en sus inicios en el Senado.
Pero la estrategia ha sido fútil. Los resultados en Indiana han confirmado el avance de Trump, que venció por 17 puntos y que ya vaticinaban las encuestas en los últimos días. Han sido infructuosos los intentos de Cruz de movilizar a los votantes con el apoyo del gobernador de Indiana, el anuncio de quién sería su hipotética vicepresidenta y un sorprendente pacto con Kasich para que no hiciera campaña en ese Estado.
«Dije que continuaría si había un camino viable hacia la victoria. Esta noche parece que ese camino se ha cerrado», esgrimió Cruz, con rostro serio pero posado seguro, al anunciar su renuncia.
La victoria en Indiana, en el Medio Oeste de Estados Unidos, es la número 28 de Trump en estos tres meses maratonianos de votaciones y mitines. Si gana en todos los distritos, el republicano se hará con todos los 57 delegados en juego en Indiana. Acumulará 1.053 de los 1.237 delegados necesarios para garantizarse la nominación a las elecciones.
Una vez ganado Indiana, a Trump le hacen falta 184 delegados para conseguir matemáticamente la nominación. Según las proyecciones más pesimistas, antes de la renuncia de Cruz, tenía asegurados unos 120 en las primarias de Virginia Occidental, Nueva Jersey, Washington, Oregón y Nuevo México. La sesentena de delegados restantes los podría obtener fácilmente en California, que concede 172 y donde lidera las encuestas.
Tras el anuncio de Cruz, Trump compareció en su rascacielos en Nueva York. Se mostró serio, elogió al senador y tendió la mano a sus seguidores y al establishmentrepublicano, receloso con su auge. Dijo que Cruz es un “gran competidor”, y una persona “inteligente” y con un “futuro increíble”.
El showman televisivo dio por hecho que ya es el nominado republicano. “¿Hay un segundo?”, dijo en alusión a Kasich. “Supongo que lo hemos reducido a uno”.
Y lanzó varios mensajes con la mirada puesta en la campaña como nominado. Alabó a Priebus, el presidente republicano, y argumentó que traerá la “unidad” que, considera, necesita el partido. También esbozó que la política comercial será uno de sus principales frentes de ataque a la demócrata Hillary Clinton, su probable rival electoral. “No será una buena presidenta, no entiende de comercio”, dijo para después acusar a su marido, el expresidente Bill, de firmar “el peor tratado de libre comercio de la historia” en alusión al sellado en 1993 con Canadá y México.
Victoria del demócrata Sanders
En el campo demócrata, Bernie Sanders se impuso en Indiana por cinco puntos sobre Clinton, lo que supone un espaldarazo a su campaña tras los malos resultados de las últimas votaciones. Pero, a diferencia de las republicanas, las primarias demócratas reparten proporcionalmente la cantidad de delegados (92) en juego, por lo que apenas varía la sólida ventaja de Clinton frente a Sanders.
Antes de Indiana, la ex secretaria de Estado ya acariciaba la nominación demócrata: acumulaba 2.165 de los 2.383 delegados necesarios para lograrla, incluyendo los llamados superdelegados que pueden votar a quien quieran en la convención de julio.