Texas.- Jóvenes soñadores de Houston, Texas, pidieron hoy la no renovación del programa 287(g) en el condado de Harris, el más grande de Texas y responsable del mayor número de deportaciones de indocumentados en el país, con un promedio de 300 personas cada mes.
“La decisión de renovar o no este contrato en el condado Harris, está en manos del alguacil Ron Hickman”, señaló a Efe Raúl Alcaraz, de United We Dream (UWD), la organización que celebró este domingo una vigilia frente a la iglesia baptista Champion Forest.
El programa 287(g), que se firma entre el Gobierno federal y agencias estatales, permite a las autoridades locales verificar el estatus migratorio de los detenidos y transferirlos a las autoridades migratorias si son indocumentados.
Desde 2008, Harris forma parte de este acuerdo, que fue renovado en 2010 por Adrián García, el primer alguacil hispano de este condado, que alberga una población cercana a los 4,3 millones de habitantes.
El acuerdo vigente vence el 30 de junio de este año, aunque según Alcaraz el alguacil puede terminarlo “en cualquier momento” y por eso se apostaron delante de la iglesia a la que acude Hickman “para que siga el ejemplo de su pastor (David Fleming) y de los miembros de esta comunidad, quienes abogan por los derechos de los inmigrantes”.
La “Semana de Acción Nacional contra el 287(g)” comenzó el viernes en Austin (Texas), continuó este domingo en Houston y seguirá el martes en el estado de Virginia.
Tras ello, el miércoles los “soñadores” desarrollarán una campaña a través de redes sociales en la que enviarán mensajes al presidente Barack Obama y a los alguaciles de las 32 ciudades del país donde aún se aplica el programa 287(g) para pedir el cese de esta colaboración.
“Necesitamos que terminen las violaciones de los derechos civiles y la separación de las familias, estamos orando para que acabe ese creciente odio y esa violencia que estamos viendo en las campañas políticas nacionales”, resaltó Alcaraz.
A su juicio, los feligreses que acuden a la iglesia Champion Forest simbolizan que sí es posible vivir en armonía, sin importar la raza, condición social o estatus migratorio.
“De sus 9,000 miembros, unos 3,000 son latinos y forman parte activa del desarrollo de esa comunidad. Somos gente buena, trabajadora que cree en la unión, la inclusión y el progreso”, destacó.