Cuando Viridiana Carrizales cursaba su escuela secundaria en Dallas, fueron muy pocos los maestros hispanos con los que se topó en el salón de clases.
“No veía maestros que compartieran mi cultura mi idioma y como estudiante indocumentada, se me hacía difícil imaginar las posibilidades que yo podía llegar a tener o que como estudiante podría obtener”, cuenta quien hoy, a sus 28 años, es la directora de la división DACA de Teach for America, una organización que recluta y capacita a nuevos docentes para que se desempeñen como maestros y líderes en comunidades de bajos ingresos.
Según datos de la organización, Teach for America ha reclutado desde sus inicios en 1990 a alrededor de 4,000 maestros hispanos con la meta de que se comprometan en la expansión de oportunidades educativas en comunidades de bajos ingresos. Ese compromiso, como detalla Carrizales, inicia con los dos años que los educadores dedican para enseñar en escuelas con grandes necesidades en Estados Unidos.
La igualdad educativa es la meta por la que avanza la organización que busca incorporar más latinos a su cuerpo de docentes.
“Nuestra meta es atraer a más 2,400 maestros hispanos en los próximos tres años para que trabajen en escuelas de bajos recursos y se comprometan de por vida con la expansión de las oportunidades educativas”, explica Carrizales.
La fecha límite para solicitar admisión como maestro al programa de Teach for America para el otoño de 2016 es el 4 de marzo.
Ese interés por la diversidad cultural en la docencia tiene su raíz en que la disparidad étnica entre maestros y estudiantes es un asunto que ha ocupado la atención de estudios y políticas pública en los últimos años.
Mientras el 24% de los estudiantes en las escuelas públicas de Estados Unidos se identifican como hispanos, el sistema cuenta con apenas 8% de docentes hispanos, según el Centro Nacional para Estadísticas de la Educación (NCES, por sus siglas en inglés).
“No solo debemos continuar la discusión de mejorar la educación y que nuestros estudiantes en Estados Unidos reciban una educación excelente sino que parte de esa conversación debe ser cómo asegurar más maestros latinos, afroamericanos y de otros grupos étnicos”, sostiene Carrizales.
Hay trecho por recorrer en ese sentido pero los esfuerzos valen la pena. De acuerdo con Carrizales, que un estudiante comparta experiencias, la cultura y el idioma con su maestro tiene un impacto positivo en su desarrollo académico.
Teach for America -que celebra en estos días sus 25 años y que para marcar la efeméride llevó a cabo una cumbre en Washington, D.C.- busca en esa línea de justicia social contar con futuros maestros DACA. Desde 2013, indica Carrizales, la organización ha formado a más de 95 docentes DACA que están enseñando en escuelas de EEUU.
La organización sabe de los problemas críticos que enfrentan las familias y los estudiantes hispanos y esa realidad se manifiesta especialmente en las escuelas de bajos recursos.
“Uno de esos problemas es la accesibilidad a la información para que estudiantes ingresen a la universidad o completen estudios universitarios, no solo para estudiantes de bajos recursos sino para estudiantes indocumentados”, dice.
De igual modo, Carrizales menciona que aunque los estudiantes DACA están protegidos, así sea temporalmente, muchos de ellos viven con miedo porque sus familias no están protegidas.
«Muchos maestros», puntualiza Carrizales, «tienen estatus DACA y cuando tienes maestros que comparten esa experiencia con un estudiante, eso puede tener un impacto en los estudiantes. Que un maestro le demuestre a un estudiante indocumentado que hay oportunidades, y que sí se puede, que le diga ‘si yo lo logré, tú también lo puedes hacer’, eso es muy significativo”. Más informes en: www.teachforamerica.org