Washington.- Directivos de la NRA sostuvieron una entrevista en la Oficina Oval con el presidente y vicepresidente en la que, aparentemente, el mensaje fue satisfactorio para la organización que se opone a cualquier control sobre compra y porte de armas, echando por tierra lo que Trump sugirió el día anterior.
En menos de 24 horas, la posición del presidente Trump con relación a la demanda de mayor control de armas tras el tiroteo masivo en la escuela Marjory Stoneman Douglas, donde un exalumno mató a 17 personas con un fusil de asalto, parece haber dado un giro de 180 grados, o al menos desandar sugerencias que señalaban la adopción de medidas concretas para atajar el problema.
Posteó en twitter
Después de la reunión no anunciada oficialmente con los directivos de la NRA, uno de los grupos de cabildeo más influyentes en Washington, Trump tuiteó: «¡Buena (gran) reunión en la Oficina Oval esta noche con la NRA!», sin ofrecer más detalles.
El director ejecutivo de la asociación, Chris Cox, se hizo eco de los sentimientos expresados por el mandatario durante la reunión.
«Todos queremos que escuelas seguras, reforma de la salud mental y mantener las armas lejos de las personas peligrosas. POTUS & VPOTUS apoyan la Segunda Enmienda, apoyan el debido proceso y no quieren el control de armas», escribió Cox en su cuenta oficial de Twitter, donde destaca como imagen de cabecera una foto junto a Trump y Wayne LaPierre, vicepresidente ejecutivo de la organización.
Se negó a dar información
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, se negó a proporcionar información sobre en la reunión entre la NRA y Trump. Un funcionario senior del gobierno citado por CNN también eludió hacer valoraciones sobre el encuentro limitándose a expresar que «el presidente cree en la Segunda Enmienda», que permite el porte legal de armas.
En cualquier caso la fotografía de este encuentro parece muy distinta a la que mostró una reunión el día anterior con legisladores de ambas ambos partidos políticos en la que el presidente dio sugerencias sobre el control de armas, sorprendentemente duras para el clan republicano.
Trump reclamó a su propio partido por estar «petrificado» ante la NRA y expresó su apoyo a la ampliación de los controles de antecedentes, escuelas más seguras, frenar la capacidad de los enfermos mentales para comprar armas de fuego y elevar a 21 la edad para comprar ciertas armas, medidas celebradas por los demócratas pero anatema para la NRA.
En efecto, hace una semana, la portavoz de la organización, Dana Loesh, advertía que ninguna de esas recomendaciones no son del agrado de la asociación. «La NRA no apoya ninguna prohibición», recalcó en una entrevista en la que machacó el argumento al que siempre recurre el poderoso lobby: «Esto (la masacre en Parkland) no es por culpa (de las armas), ni cinco millones inocentes estadounidenses respetuosos de la ley son culpables por esto».
La reacción a esos comentarios de Trump por parte de los aliados conservadores de la Asociación Nacional del Rifle fue feroz al día siguiente, cuando juraron que tales medidas no se convertirían en ley, independientemente lo planteado por el presidente.
Pero Trump mantuvo la calma este jueves temprano y tuiteó que en el encuentro con legisladores afloraron «muchas ideas, algunas buenas y otras no tan buenas» para, nuevamente, apoyar la idea de mejorar los controles de antecedentes a los compradores de armas.
El senador demócrata Chris Murphy de Connecticut, que había asistido a la reunión del miércoles, reaccionó por la noche del jueves al tuit de Trump y la reunión de la ANR: «Fascinante, ya que asumo que el presidente les habló sobre el apoyo a los controles de antecedentes universales, edad para las y las órdenes de protección que anunció ayer en la televisión”.
