Partiendo de una psicología casera, esta se podría expresar sin tinte de psicólogos profesionales, pero encaja en estos tiempos modernos donde tenemos que aprender a vivir como estos profesionales bien estudiados, que nos deja una enseñanza para aprender y aceptar el momento cuando los hijos no es que nos abandonan sino que “la vida se los lleva”; partiendo desnudos por falta de experiencia, igual que cuando también lo hicimos a temprana edad.
Para ser padres no hay que ingresar a una facultad universitaria, pero su proceso nos enseña que a los hijos hay que ubicarlos en niveles de crianza y educación. Esto nos ayudaría a conocerlos mejor en su desarrollo normal, porque cada momento también vamos aprendiendo de ellos. El mundo moderno cambió completamente la evolución de los hijos hacia la paternidad. Ellos, a tierna edad demandan exigencias aunque estén equivocados. Y es ahí, precisamente ahí, donde está nuestro papel de padres para orientarlos pero sin imposiciones sino con autoridad comunicacional para que entiendan mejor que antes que padres hay que ser buenos amigos.
Tiempos de antaño
En otros tiempos, nuestros padres sentaban autoridad con solo una mirada hacia ellos. Hoy, no lo es así, porque el modernismo de nuestra sociedad de consumismo ha hecho que perdamos valores éticos y morales en la familia.
Nuestros hijos, sobretodo en la etapa de adolescencia, están sometidos a una indiscutible presión de grupo, y se necesita mucha fuerza de voluntad, habilidades sociales y seguridad personal para decir “no” cuando es necesario, para no verse implicado en situaciones y actuaciones de las que luego cuesta volver atrás.
Perdiendo sus vidas por el fentanilo
Sin embargo, todas aquellas consideraciones que las podríamos adaptar como exigencias y voluntades, no se justifica que nuestros hijos estén perdiendo sus vidas al exceder sus libertades adoptando un “libertinaje con muertes” que los está llevando con mucha fuerza a su propia destrucción. Están caminando hacia abismos y cavando sus propias fosas por el consumo de drogas generalizadas como la mortal fentanilo que no deja tiempo para sobrevivir, según las estadísticas médicas en hospitales y de policía.
Particularmente, en el Estado de Carolina del Norte, 1,2 millones de personas padecen un trastorno por uso de sustancias, según datos del NCDHHS. Para el 2021, las muertes causadas por sobredosis aumentaron 22% por lo cual 4.041 de sus habitantes perdieron la vida. Esto es preocupante y alarmante porque solo en Carolina del Norte, mueren 11 personas diarias por sobredosis. Y más preocupante es saber que hubieron más de 33 mil muertes desde 1999 a 2021. Pero eso no es todo, de 2019 a 2021 el aumento es 139% en la tasa de sobredosis de personas afroamericanas.
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El reto de resistir
Hoy, padeciendo y resistiendo un reto muy costoso porque continúan perdiéndose vidas, en donde la juventud es la que tiene el mayor porcentaje en consumo de drogas con sobredosis. Cómo parar o mejor cómo resolver esta adicción?. Porque no está únicamente en los adolescentes sino en adultos mayores y menores de edad?.
Necesitamos que el gobierno mejore políticas de Estado en materia de salud y educación. No solo tiene que existir una corresponsalía entre padres de familia y Estado sino en toda la sociedad en su conjunto y sus instituciones.
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Políticos deben plantear soluciones
Quisiéramos que en las elecciones de 2024, demócratas y republicanos nos planteen soluciones sobre nuestro desgaste humano a consecuencia del consumo de drogas y porte de armas en las escuelas. No queremos que nos hablen de la guerra contra Ucrania, o de la economía y del medio ambiente global sino del combate a la mayor guerra mortal que enfrenta la humanidad, las drogas. Que nos den garantías para terminar o combatir con mejores resultados al narcotráfico organizado por bandas criminales ante el consumo de drogas que continúan consumiéndose en las escuelas, porque llegaron a infiltrarse en las instituciones sociales y políticas ; sin que a ellos les importe la vida de nadie sino enriquecerse con inmensas fortunas de dinero y bienes a costa de la vida de generaciones que se pierden y sobretodo de aquella juventud que como nueva se está perdiendo cada día.
Si los políticos nos hablaran de soluciones para eliminar los opiodes ilegales y el fentanilo de nuestras calles, aunque sea con proyectos a mediano o largo plazo, entonces la sociedad votaría por el que plantee soluciones que demanda y exige con urgencia la humanidad.
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