“Dios nos bendijo con mi embarazo”, así lo dijo María Andreina Tovar, venezolana radicada en Bélgica. Sin duda una gran bendición, pero vivirla lejos de sus seres queridos no estuvo fácil, al mismo tiempo le tocó esperar la decisión de las autoridades belgas en cuanto a su estatus migratorio, ¿Qué ocurrió? Ya se los contamos.
El 20 de abril de 2014, María Andreina salió de Venezuela y llegó a Bélgica el 21 de abril de 2014. El amor la llevó a ese país, conoció a su actual pareja por internet y luego de tener un tiempo de relación a distancia, querían estar juntos y formalizar su unión. Entonces iniciaron los trámites para registrarse como pareja y en el transcurso quedz embarazada, la vida les cambió.
Su pareja no quiso que ella regresara a Venezuela por lo que podía ocurrir en medio de la crisis. Lo mejor para los tres era quedarse y vivir su embarazo en ese país de cuentos de hadas y con tres lenguas oficiales. Fue a los tres meses después de haber nacido su hijo Lucas, sí, un hermoso varón, que le dijeron de migración que podía permanecer en Bélgica.
Retos asumidos
Su primer empleo fue como investigadora de campo para una compañía de insumos médicos. Allí debía hacer encuestas en español a especialistas de la salud en hospitales de la ciudad de México. Ese contrato duró poco porque la empresa trabajaba por proyectos, así que al finalizar también expiró su contrato. Luego se dedicó por un año a estudiar el idioma Neerlendés.
Creó un blog, “Mamá de Baggage”, su intención era ayudar a otras madres hispanohablantes en Bélgica. Pero se enteró que Lucas tenía Autismo de Alto Funcionamiento, entonces la temática del blog cambió y hoy dedica este espacio a sensibilizar a la sociedad sobre esta condición.
Envió un mensaje dijo, “es necesario explorar las nuevas opciones que te ofrece el país para crecer profesionalmente. Realizar nuevos estudios, aprender el idioma, hacer algún curso, lo importante es tener la mente abierta y confiar que sí se puede”.
@migrantesenvuelo
