Pekín – China.- Li Wenliang, un oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan, fue uno de los primeros en alertar sobre un virus, para el momento desconocido, en el centro de salud donde trabaja, pero para su sorpresa el gobierno chino lo quiso silenciar.
El 30 de diciembre Wenliang envió un mensaje a sus colegas en un chat, en el que advirtió del brote y les recomendó usar ropa protectora para evitar contagiarse.
El oftalmólogo sabía de siete casos de un virus, que se asemejaba al SARS, el que provocó una epidemia global en 2003, que estaban siendo tratados en el hospital en el que trabaja. Todos los pacientes estaban en cuarentena.
El 3 de enero fue visitado por funcionarios de la Oficina de Seguridad Pública, quienes en una carta le acusaron de «hacer comentarios falsos» que habían «perturbado severamente el orden social».
Wenliang tuvo que firmar la carta que tenía escrita esta advertencia: «si sigue siendo terco e impertinente, y continúa con esta actividad ilegal, será llevado ante la Justicia”.
A sus colegas no les dieron orden de protegerse. El 20 de enero, las autoridades chinas declararon la emergencia por el brote del nuevo coronavirus, que se originó en un mercado de venta de animales silvestres. Hasta el 4 de febrero se contabilizan más de 20 mil contagios y 425 muertes.
Wenliang siguió trabajando y el 30 de enero publicó en la red social Weibo una copia de la carta que firmó.
Hoy el oftalmólogo está hospitalizado. Finalmente fue diagnosticado con el nuevo coronavirus que afecta las vías respiratorias. Sus padres también enfermaron.
Las autoridades locales ofrecieron una disculpa a Wenliang. En principio creían que el nuevo coronavirus solo podía transmitirse desde un animal y no entre personas.