Luisiana – Estados Unidos.- Una demanda colectiva contra las actuaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en cinco estados sirvió para desvelar los testimonios de dos médicos cubanos que desde adentro de los centros de detención revelaron las deficientes condiciones sanitarias en estas instalaciones.
Los dos médicos estuvieron detenidos en Pine Praire, Luisiana, pero a pesar de que nunca se conocieron coinciden en que la seguridad de los internos “no es una prioridad del personal”.
Los centros de detención de ICE en Alabama, Arkansas, Louisiana, Mississippi y Tennessee fueron demandados por violar normas internas y negar la libertad condicional a solicitantes de asilo que calificaban para la medida.
El tribunal dio la razón a los demandantes y ordenó al ICE a respetar sus propias políticas y a revisar cada solitud de libertad condicional de forma individual.
El moho de las paredes y la mala ventilación fue uno de los primeros problemas que encontró uno de los médicos, no identificado en los documentos judiciales. Aseguró que reportó la situación pero la respuesta solo fue volver a pintar el área afectada.
«Si se presenta una solicitud médica urgente, los funcionarios pueden tardar cuatro o cinco días en llevar a la persona enferma a la unidad médica”, advirtió el médico de 31 años, que también estuvo detenido en Alabama.
Este primer denunciante concuerda con el segundo, identificado por sus iniciales, P. S. P, en que la cuarentena se aplica en muchos casos como castigo de aislamiento.
Asegura que cuando hubo un brote de paperas en los centros de detención del país a él lo pusieron en cuarentena junto a otras personas, sin que nadie –según su criterio- estuviera enfermo.
«Como médico, sé cómo reconocer los síntomas de las paperas, y nunca vi a una sola persona en mi litera con paperas mientras estábamos en cuarentena”, se lee en la declaración judicial según la reseña que hace Telemundo.
Esta condición innecesaria de cuarentena le impidió asistir a una cita en la corte de inmigración.
P. S. P cree que «a menudo, los funcionarios de la prisión usan la enfermedad como un arma para castigar a todos los reclusos, colocándolos en cuarentena, algo muy similar al aislamiento».
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas declinó hacer comentarios sobre la denuncia, pero el portavoz Bryan Cox aseguró los detenidos tienen acceso a médicos, enfermeras, proveedores de atención de salud mental, atención dental y atención de emergencia las 24 horas.
