Indianápolis – EEUU.- Joven, con experiencia política y abiertamente homosexual. Así es Pete Buttigieg, el veterano de guerra de 37 años que, el pasado mes de enero, se sumó a la veintena de precandidatos demócratas que aspiran llegar a la Casa Blanca.
Desde 2012, el dirigente progresista se desempeña como alcalde de South Bend, una ciudad que tiene poco más de 200 mil habitantes y que se ubica en el conservador estado de Indiana.
En 2015, tres años después de convertirse en el titular del gobierno local, Buttigieg redactó una carta pública en la que reveló su preferencia sexual.
La confesión no le impidió revalidar el cargo, pues en 2016 obtuvo la reelección con un contundente 80% de los votos.
En sus dos mandatos, el activista por los derechos de la comunidad LGBT se ha convertido en el artífice de la recuperación económica experimentada por su ciudad.
Durante seis años de gestión, Pete Buttigieg ha conseguido que South Bend registre un crecimiento en lo que a generación de empleos respecta. Por otro lado, el sector empresarial local dio un vuelco, al pasar de la manufactura al rubro de la tecnología y del “big data”.
Aunque es licenciado en Historia y Literatura por la Universidad de Harvard, Buttigieg también cursó estudios de Filosofía, Política y Economía en la Universidad de Oxford.
Tal vez por ese perfil y por su capacidad para hablar varios idiomas (además de inglés, Pete Buttigieg domina el español, el francés y el noruego), fue que consiguió formar parte de la Inteligencia de la Armada y servir a su país en la guerra de Afganistán.
En cuestión de tres meses, el demócrata ha dejado de ser un destacado funcionario local para convertirse en la revelación de su partido. Según sondeos de la empresa Morning Consult, el alcalde es ampliamente respaldado por votantes de tendencia liberal, que buscan un reemplazo generacional. También cuenta con el apoyo de los “Boomers”, la generación conformada por aquellos que nacieron entre 1946 y 1964.
Actualmente, Pete Buttigieg es el tercer precandidato más preferido por los electores demócratas, después del senador por Vermont, Bernie Sanders, y del ex vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
De acuerdo con lo descrito por la revista “Time”, cuya portada de este mes fue dedicada a Buttigieg y a su esposo, Chasten Glezman, el éxito del joven político radica en su capacidad para conectar con individuos conservadores, a quienes ha logrado explicar por qué no deben temerle a sus ideas progresistas.
