San Salvador – El Salvador.- Ante la amenaza del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de eliminar casi 500 millones de dólares en asistencia a Honduras, Guatemala y El Salvador, por causa de lo que a su juicio considera una grave crisis migratoria, expertos en migración han asegurado que esta acción agravaría el problema en gran escala.
Trabajadores humanitarios, autoridades y activistas de varios países de Centroamérica han explicado que el recorte pone en riesgo la continuidad de programas de desarrollo que buscan enfrentar las causas de la migración, como la pobreza, la desigualdad, la violencia y la corrupción.
“Eso es ilógico e irresponsable… Estamos hablando de desafíos a largo plazo que van a necesitar soluciones sostenibles a largo plazo”, declaró Adriana Beltrán, especialista sobre Centroamérica en la Oficina en Washington para América Latina. “Así que en lugar de contribuir a estabilizar la situación e intentar abordar estos desafíos de largo plazo, reducir la asistencia sólo agravará la situación”.
“Dejar sin recursos programas importantes propiciará a la larga más migración, más inseguridad, más corrupción y más impunidad en estos países”, agregó.
Hasta el momento se desconoce exactamente en cuánto se reduciría la asistencia de Estados Unidos a esos países y desde que momento se aplicará, sin embargo la pasada semana, Donald Trump aseguró que “les estamos entregando enormes sumas de dinero y dejaremos de hacerlo porque no han hecho nada por nosotros”, y mencionó una cifra de 500 millones de dólares.
Por su parte el portavoz del Departamento de Estado, Robert Palladino, dijo que cualquier reducción a la asistencia alcanzaría 450 millones de dólares en el año fiscal 2018 y una cantidad no determinada correspondiente a 2017.
“El presidente ha dejado claro que la decisión tiene como propósito garantizar la seguridad de las fronteras de Estados Unidos y proteger a los ciudadanos estadounidenses”, señaló Palladino. “Estos programas no han frenado de manera eficaz la inmigración ilegal hacia Estados Unidos, ni logrado los resultados deseados”.
Ante las amenazas, los gobiernos de Honduras, El Salvador y Guatemala, han respondido al mandatario estadounidense, aunque hasta el momento no les han avisado formalmente de ninguna reducción en la asistencia de Estados Unidos
El ministro de Defensa de Honduras, Fredy Díaz, dijo que la cooperación con Estados Unidos en seguridad “se mantiene igual”, la cancillería manifestó que la relación es “sólida, estrecha y positiva”.
Por su parte el vicepresidente de El Salvador Oscar Ortiz, dijo “La mejor manera de abordar el tema de la migración… no es con este tipo de decisión”, señaló. “La mejor manera de abordar el tema es seguir trabajando conjuntamente”.
Guatemala, origen de gran parte de la reciente ola migratoria en la región, fue bastante cautelosa, ya que el portavoz presidencial Alfredo Brito solo dijo que la postura oficial es no hacer declaraciones de momento.
Según expertos y autoridades la mayor parte de la asistencia no va directamente a los gobiernos de los tres países, sino a agencias, organizaciones no gubernamentales, grupos religiosos y demás.
El intento de reducir la asistencia podría ser rechazado en el Congreso si los recursos son reprogramados sin autorización legislativa. Particularmente en la Cámara de Representantes, los legisladores y comisiones podrían reservar esos recursos en la próxima iniciativa de presupuesto.